En consecuencia, el codiciado manuscrito fué llevado con las debidas precauciones a Paris, despues de cuarenta años en que habia viajado alternativamente de esa ciudad a Lóndres, de allí a Madrid i por último a Valencia, donde fué una verdadera fortuna encontrarlo en la época en que se hizo su compra, porque en seguida sobrevino la guerra i casi inmediatamente la muerte del señor Salvá, lo que habria dificultado mucho i talvez hecho imposible su adquisicion.
En cuanto a sus posteriores peregrinaciones, hé aquí cómo las refiere el mismo dueño del manuscrito en una conferencia que hizo ante la Universidad, a poco de su regreso a Chile, en diciembre de 1871:
"Saquéle en consecuencia de Paris, decia el señor Vicuña Mackenna, por libertarlo del asedio de los alemanes, cuando venian éstos marchando desde Sedan, i le guardé, primero en Lyon i despues en Burdeos, encerrado en una caja de fierro i pagando un fuerte seguro contra peligros de fuego i de guerra. Ademas, en viaje no le soltaba de la mano, poniéndolo en el dia de cojin i en la noche de almohada, hasta que volviendo a su propio centro, a dos pasos del claustro en
cerlo, pues yo tengo mucho gusto en poseerlo i afortunadamente nada, nada, me obliga a desprenderme de él, haciendo al contrario el sacrificio de quitar esta apreciable i notabilísima joya del Catálogo que estoi imprimiendo de la selecta coleccion de libros que he llegado a reunir."
"Soi loco, volvia a escribir el bibliómano Salvá el 24 de abril al ajente que desde Madrid dilijenciaba bondadosamente la adquisicion de la obra para el señor Vicuña Mackenna (el señor José Miguel Valdés Carrera): soi loco por las antigüedades i rarezas bibliográficas, i la suerte me ha deparado una regular fortuna que me permite hasta cierto punto poder satisfacer mi pasion i mis caprichos en este jénero: el Catálogo que estoi imprimiendo probará hasta qué punto puede llegar la monomanía de un hombre. Partiendo, pues, de este principio, cuando hai talvez 150 tomos en mi biblioteca compuestos de solas cuatro hojas, los cuales he pagado a onza de oro cada uno, i dos comedias me cuestan siete mil reales, no debe admirar el que no quiera desprenderme por ménos de tres mil francos de un tomo tan precioso, que mi padre valoró en su catálogo de Lóndres en 200£ (1,000 $).
"He dado al señor Vicuña Mackenna una descripcion exacta del índice, i en los Ocios de españoles emigrados se publicó el índice completo de los capítulos que contiene i materias de que trata i hasta muestras del estilo puro i castizo del padre Rosales; más no puede hacerse para enterar al interesado. I si este caballero quiere esta joya, segun me ha dicho, por solo el gusto de poseerla, ¿no puedo yo tener igual capricho? I desprendiéndome de esta obra, ¿no quito a mi coleccion de libros de América uno de sus mas bellos florones?
"Es, pues, inútil el que tratemos éste como negocio comercial, porque, a decir verdad, casi hubiera sentido el que el señor don Benjamin accediese a mis exijencias."
Ajustado al fin el pacto, sin querer rebajar el señor Salvá un solo maravedí de su precio primitivo, tomó las precauciones mas esquisitas para su envio a Madrid.—"No atreviéndome, decia al señor Valdés Carrera el 29 de abril, a fiar a nadie el manuscrito de Rosales, estoi decidido a que el portador de este precioso objeto sea uno de mis hijos; pero éste no podrá salir de aquí hasta dentro de cinco o seis dias i ántes yo avisaré a usted el dia i hora en que se presentará en su casa con el códice."—"Mañana domingo saldrá mi hijo Gonzalo, volvia a escribir el 7 de mayo, para esa (Madrid) con el manuscrito del padre Rosales i el lúnes a medio dia, salvo continjencias imprevistas, estará en casa de usted con él. No llevando mi hijo otro objeto que el poner la obra en manos de usted, talvez regrese el mismo lúnes por la tarde."
En consecuencia, el lúnes 9 de abril de 1870 se presentó en Madrid el hijo del minucioso bibliófilo, i canjeando el códice por un buen libreto de billetes del banco de San Fernando, estendió aquel el siguiente recibo en una tira de papel azul: "Recibí del señor don José Miguel Valdés i por cuenta de mi señor padre don Pedro Salvá, la suma de doce mil reales vellon, como precio del manuscrito de la Historia de Chile por el padre Rosales.—Madrid, mayo 9 de 1870.—Gonzalo Salvá."