dor le embió licencia para desembarcarse, y que pagando los derechos reales vendiesse sus mercancias, y para mayor seguridad le embió el passaporte con Antonio de Barrios Idalgo, portugues. Vino Gerardo a tierra, donde fué muy bien recevido y regalado del Corregidor y de todos los Españoles. Ospedáronle en Santiago a el y a los suyos con mucha generosidad y cortesia. La nave remitieron luego al Perú con la artillería al Virey D. Luis de Velasco, la acienda iba vendiendo en la Ciudad y poco despues la confiscaron los ministros reales, porque sus mismos soldados espontaneamente declararon que eran holandeses revelados, que avian passado a piratear a estos mares y entablar comercio en las Molucas, y que la necesidad les avia compelido a coger el puerto de Valparaiso, porque ni vna costra de viscocho tenian que comer y que muchos avian muerto de ambre, y su designio avia sido comprar vituallas con pretesto de mercaderes, y en consiguiéndolas tender las velas y robar quanto pudiessen, segun la proporcion de sus fuerzas, y vivian con esperanzas de hallar las otras naves de su armada y pedir socorro de gente; pero que como Molina los avia maltratado en la emboscada, resolvieron rendirse y entregar la nave y publicarse por leales y catolicos para que los agasaxassen como amigos y basallos de vn mismo Señor. Descubierto este engaño, pusieron en prision a Gerardo y a otros de su confianza, para inquirir de ellos los intentos de la armada e instrucciones que trahian de los Estados. Ultimamente les concedieron libertad y licencia para que se fuessen a donde gustassen. Este fin tubo la compañia de mercaderes y su armada, y dice Pedro Berangen, que es vna viva imagen de la inconstancia de las cosas del mundo, en donde los intereses se gozan divididos, y afligen muy unidas las penas [1].
- ↑ La relacion que el autor hace de la malhadada espedidon de Jacobo Maku y sns compañeros es sumamente interesante porque completa las que se tenia de otros oríjenes estranjeros.
En jeneral es bastante exacta, pero hai algunos errores de detalles, principalmente en los nombres, incluso el del bravo coronel Francsico del Campo, a quien en esta parte el autor llama Juan. El almirante que los españoles llaman tambien Jaime Mahubio, es James Mahu, jefe de la espedicion; Zebrian de Bocol es Jurien Van Bokolt, y por último Teodoro Geraldo, el capitan del buque que aportó a Valparaiso desarbolado, i estuvo preso en Santiago, se llamaba Diriek Gerritz, nombre jenuinamente holandes.
El nombre de este último buque era el Cerf vofant (volantín) y el autor lo hace Corazon volante, traduciendo coeur por cerf. Igual error cometió mas tarde el presidente Desbrosses en su Recueil de voyages aux terree australes.
Jerónimo de Quiroga dice que ese mismo célebre barco solo se llamaba el Filibote, pero esta era solo la denominacion jenérica de esa clase de embarcaciones. El patache, es el aviso que hoi se denomina jeneralmente queche.