CAPÍTULO IX.
Con el exemplo de los ingleses, tan efficazmente se animaron a imitarlos los holandeses, que uniéndose los mercaderes de mayor caudal, abrieron sus cofres, y dando la superintendencia a Pedro Verangenio, echaron una armada para que passando por el Estrecho de Magallanes robassen en el mar de el Perú quanto pudiessen y despues se encaminassen a las Molucas: componíasse de cinco gruesas naves con cuatrocientos y ochenta hombres de guarnicion. Dióse autoridad de Capitan General a Jaime Mahubio y de Almirante a Simon Cordes. Salieron de Amsterdan a siete de Junio de 1598. Navegaron con porfiadas adversidades y otros muchos officiales y personas principales, soldados y marineros. Fué publicado por General Simon Cordes y por Almirante Gerardo de Buningen. A seis de Abril de 1599 tocaron en las primeras gargantas de el Estrecho, cerrólas el imbierno con furiosas tormentas, en que trabaxaron incesantemente a las inclemencias de llubias, granizo, nieve y durissimas heladas. Por espacio de nueve meses padezieron los rigores del imbierno, y sobre todo les aflixia la hambre, y para satisfacerla comian con las ensias el marisco y las yerbas crudas y bebian agua fría, por lo qual adolecieron muchos de idropecia y murieron mas de ciento y veinte. Entre otros acabó la vida Zebrian de Bocol, Capitan de la Fidelidad: fué recevido en su lugar, con general aplauso, Baltázar Cordes, muy cercano pariente de Simon Cordes.
Tambien tropezaban en tierra con fatales calamidades, porque los indios de el Estrecho, viéndolos esparcidos y ocupados en coger yerbas y marisco, los mataban, y lo que excede de toda ferocidad, desenterraban los cuerpos de los que murieron enfermos y los despedazaban y repartian como racion de carne y se los comian. Igual saña les mostró el mar Meridional, convatiéndoles con estrañas borrascas, que les desaparexaban y tronchaban los arboles. Andaban dentro del conves con el agua a la rodilla por no bastar los embornales a su desague, de que se originó co-