Página:Historia de una anguila y otras historias.djvu/167

Esta página ha sido corregida
161
HISTORIA DE UNA ANGUILA

portero, de su agitación, que continúa aún, de la cara llorosa de la doncella, quiso explicarse... ¿Si habrá en el fondo de todo esto algún crimen? Máchenka, trastornada, siéntase en el cesto de la ropa.

La doncella entra.

—Lisa, ¿sabe usted por qué han hecho pesquisas en mi cuarto?

—A la señora le falta un broche de dos mil rublos—responde Lisa.

—¿Qué tiene que ver eso con lo que ha ocurrido aquí?—dice con asombro la institutriz.

—Han registrado a todos, y a mí también. Hemos tenido que desnudarnos por completo... Dios es testigo de que no solamente yo no tenía el broche, sino que ni siquiera me acerqué al tocador... Así se lo diré a la Policía.

—Pero ¿para qué buscarlos entre mis efectos?—añadió la institutriz.

—¡Pero no le digo a usted que han robado el broche de la señora! Ella personalmente ha hecho todas las pesquisas. Incluso ha registrado al portero Mijaib. ¡Una vergüenza! El señor, que lo presenciaba, no se ha opuesto a ello, limitándose a cacarear como una gallina. Pero tranquilícese, señorita, no tiemble así. En su cuarto no han encontrado nada. Como usted no es la que cogió el broche, no tiene para qué apurarse.

—Pero es una ofensa... un ultraje...—dice Máchenka sofocada de indignación—es abo-