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Historia de un amor turbio

bra alusiva á lo que acababa de pasar chocaría profundamente á ambos.

—Qué hermosa noche!—murmuró Mercedes, siempre con la mirada fija en la luna. Rohan * miró con novedad la noche, tratando de orientarse en ese inesperado pensamiento. Al rato la joven le preguntó con la voz distraída:

—Vd. sabe que Eglé lo quiere?

Rohan sintió una instantánea y profunda ternura por ella; le pareció que había equivocado su amor hasta ese momento, que era á ella, á Mercedes, á quien queria.

—Tiene celos de Vd?—murmuró.

Por toda respuesta, se encogió ligeramente de hombros. La luna de plata agrandaba sus ojos fijos.

—Tengo ganas de llorar—dijo al rato suavemente.

ř Rohan se levantó. Su carifio llegaba ahora á la compasión, á esa profunda compasión hecha de un verdadero río de ternura que