Página:Historia de un amor turbio - Los perseguidos (1908).pdf/88

Esta página no ha sido corregida
88
Historia de un amor turbio

—Venga, Rohan—le dijo Mercedes, componiéndose rápidamente la falda.—Vamos á esperarlos en la puerta. Dénre el brazo para probarme que no está enojado conmigo.

Antes de llegar á la verja Rohan se detuIvo, cogióle las manos y la miró sonriendo en plena cara. Ella intentó débilmente echarse atrás, pero como él se mantuviera, respondió á su sonrisa con esfuerzo.

—Qué lástima!—murmuró Rohan, balanceándola ligeramente. La recogió de la cintura y aproximó su cara. Mercedes no intentó desprender su boca ni hizo con ella un movimiento. Sintió un rato sus labios aplastados y gustó así, inerte, el mismo fuego que Rohan devorándole la boca. Cuando éste retiró la suya, Mercedes se desprendió siguiendo hacia la verja. Apoyóse de espaldas en un paraíso y miró la luna sin pestañar. Rohan se sentó. Hallábase incapaz de decirle la menor cosa, fuera de que sentía que toda pala-