Página:Historia de un amor turbio - Los perseguidos (1908).pdf/230

Esta página no ha sido corregida
230
Historia de un amor turbio

Si sigue, explota! No va á poder contenerlo! Y entonces me di clara cuenta de que habíamos tenido razón: Se había metido en cama de miedo! Lo miré y me estremecí violentamente: ya estaba otra vez! El asesino había remontado vivo á sus ojos fijos en mit Pero como en la vez anterior, éstos, tras nueva ojeada al techo, volvieron á la luz normal.

—Lo cierto es que hace un silencio endiablado aquí me dijo.

Pasó un momento.

—A Vd. le gusta el silencio?

—Absolutamente.

—Es una entidad nefasta. Da en seguida la sensación de que hay cosas que están pensando demasiado en uno..... Le planteo un problema.

—Veamos.

Los ojos le brillaban de perversa inteligencia como en otra ocasión.

—Esto: Supóngase que Vd. está como yo,