Página:Historia de un amor turbio - Los perseguidos (1908).pdf/141

Esta página no ha sido corregida
141
Historia de un amor turbio

le de nuevo, pero ahora con dolorosa evidencia como si se lo dijera á sí misma:

—Te quiero tanto!.....

Al rato sintió de nuevo que él estaba pensando. Efectivamente, mientras caminaban volvía y revolvía sin cesar lo que acababa de decir á Eglé. Apenas concluída su frase haia sentido él mismo su ofensa. Pero por algo lo dije—obstinábase. Al fin creyó ver claro.

—Vuelvo sin embargo sobre lo que te he dicho—rompió de nuevo.—Me turbé hoy y no supe qué responderte. Dime: por qué me lijiste hace un rato que habías tenido novio?

Eglé, hundida en su quebranto, no pudo entrar en seguida en la argumentación y quedó inerte, mirándolo. Pero él, frío, insistió:

—Por qué me evocaste el recuerdo de la resistencia que debiste hacer antes, en pos de lo que quería yo?

Indudablemente estaba en lo cierto. Eglé, llena de angustia por la injusticia de Rohan,