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Historia de un amor turbio

visible injusticia de su novia deseando, á costa de todo lo importante que él pudiera hacer en Buenos Aires, tenerlo con ella. Sabía que si hablaran desahogándose, todo pasaría; pero el mudo sufrimiento de Eglé, en vez de despertar su compasión, hacíale sentir más la sinrazón de esa pena y el turbio estado, no obstante los momentos claros, continuaba.

Ese jueves, por fin, decidióse. Díjole todo lo que ella sentía y lo que sentía él.

—En el fondo—concluyó, acariciándola para mitigar la dura verdad—no hay sino el terrible egoísmo dei amor de ustedes. Poco les importa la dicha personal—independiente del amor del hombre que quieren. Lo único que aman es su propia felicidad de ustedes, la que él les proporciona con su presencia. Por lo pronto, todo esto no es hallazgo mío, por cierto. Lo que sí es mío es este hallazgo...murmuró pasándole la mano por la garganta.

No se había habituado aún á la sensación .