Página:Historia de un amor turbio - Los perseguidos (1908).pdf/129

Esta página no ha sido corregida
129
Historia de un amor turbio

² 129 —Para haber llegado á esto—murmuró Rohan. Mercedes, que por suerte no había oído bien, volvió á medias la cabeza y lo miró con una expresión de mudo y triste reproche que no sentía absolutamente y trataba, por creerlo su deber, de poner en sus ojos. Rohan, enfriado de golpe, se levantó, paseándose.

Momentos después volvía la madre: ya llegaba Eglé. Y al entrar ésta Rohan sintió, mirándola, inmensa ternura; ternura de marido, no de novio, algo de íntimo agradecimiento y mucho de honda protección, sentimiento que conocen los casados al día siguiente de haber sido muy injustos con su mujer.

XX El jueves siguiente Rohan llegó un poco más tarde aún. En días anteriores había ad9