Cómo, aunque nos casemos!
—Sí; dada la vaga presunción que hay de que algún día puedas quererme bastante para casarte conmigo....
—Oh!—protestaba ella de nuevo, si bien aproximando su cara echada atrás y en la boca su sonrisa que Rohan absorbía en seguida en un mudo, hondo y estremecido beso que arrancaba un ronco bramido á sus leones.
A veces la charla era muy seria.
—Supondrás—asegurábale él que deseo para ti la misma libertad que para mi. Si quieres ir á un baile, hazlo. Ten la plena seguridad de que te quiero bastante más de lo necesario para hacerte la ofensa de creer que vas expresamente á enamorarte. Y á este respecto, otra cosa. Si alguna vez llegamos á ir juntos, no daremos el cargante espectáculo de meterle á la gente por las narices nuestro amor y nuestras inseparables personas.
Tú bailarás por tu lado y yo por el mio,