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$ XI.

La sublevacion de Zaragoza contra Felipe II.

(1591.)

Tampoco de este suceso debiera hablarse aquí, pues no está, al parecer, relacionado con las sociedades secretas; pero se hace mención de él por las mismas razones que han obligado á escribir un breve párrafo acerca de las malhadadas Comunidades de Castilla. Los revolucionarios modernos han hecho un héroe del pobrecillo Lanuza, que en realidad no era más que un pobre diablo, como se dice ahora (I). Ni áun se le puede llamar pobre hombre, pues no habia llegado aún a la edad en que á los hombres se les llama hombres.

El pobre muchacho, consecuente con su novia más que con su gente, abandonó á ésta para irse á Epila, donde estaba aquélla. Un primo suyo, y de su mismo apellido, revolvedor de oficio y pícaro de solemnidad, entró con unos seiscientos hugonotes por tierra de Jaca. Los montañeses, los corrieron como liebres, y ellos no pararon hasta Verse otra vez en su tierra, después de haber saqueado la iglesia de Biescas, qué fué todo lo que hicieron.

Felipe II á su vez, obró tiránicamente en lo que hizo contra Lanuza, á quien asesinó inhumana y anticatolicamente sin oirle, pues no tenía razon ni derecho para aquel brutal atropello, de que le remordía la conciencia poco antes de morir. Además, no se sublevaron los aragoneses, sino solamente los de Zaragoza, donde siempre han abun-, dado holgazanes y revolvedores forasteros, en descrédito de su honradisimo y leal vecindario. Las Comunidades de Calatayud, Daroca y Albarracín permanecieron leales:la de Teruel ayudó algo á Zaragoza, por justos resentimientos contra el Rey.

Lejos de quitar las cortes Felipe II, presidió las de Zaragoza al año siguiente, 1592. Allí se declaró sedicioso el grito de ¡viva la libertad!

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(1) «De Lanuza no se supo que tuviese cabeza hasta que se la cortó Felipe II." Es frase de un compañero mio, académico de la Historia, cuyo nombre no debo decir, por justos respetos. Unos veintiseis años tenia cuando subió al patíbulo. Cual ni fueran sus huesos reliquias de santo, trajeron al panteon nacional una casulla que,si no es suya, sera probablemente de algún fraile franciscano.