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«Era, pues, de esperar que Fernando, á vista de unos consejos tan prudentes (los de Luis XVIII y el duque de Angulema) y de los sucesos y reveses (1) que habia experimentado, viniese en conocimiento de las faltas y errores que se habian cometido en los seis primeros años de su gobierno absoluto, y que en su consecuencia adoptase, aunque no fuese sino por via de ínterin, el rumbo que se le dejaba indicado en la precedente nota, para que desde luégo marchase el gobierno con alguna regularidad. Mas olvidado, en el momento de verse libre, de todas las penas y congojas, que tanto habian afligido su espíritu, volvió á seguir las mismas máximas, y á dejarse guiar, no por los dictámenes de sabios y buenos consejeros, y sí por la influencia de hombres criminales y perversos.

»En la primera entrevista que el duque del Infantado, presidente que habia sido de la Regencia, tuyo con Fernando, sufrió la reconvencion siguiente: «Todo lo habeis errado, porque no habeis contado para nada con Ugarte.» Estas palabras indicaban claramente que en lo sucesivo Fernando contaría con Ugarte para todo, y así fué que desde entónces nada se hizo ni dispuso sin su consulta o dictamen. »Un diestro y práctico agente de negocios como Ugarte era natural que no perdiese la segura ocasión de hacer el suyo. Al efecto propuso para ocupar los ministerios á los su- jetos que equivocadamente juzgó que podian contribuir á ello, y se expidió el decreto de 2 de Diciembre de 1823, en virtud del cual quedaron nombrados para desempeñar las secretarías los individuos cuya conducta política vamos á manifestar.»

Pasa en seguida el folletista á trazar las biografías de los ministros de Fernando VII, algunas de las cuales son tan picantes, que pudieran haber figurado al lado de las del terrible Tutilimundi (2). La de Calomarde, sobre todas, parece más bien una caricatura: no es extraño que el ministro persiguiera el tal folleto y con todo, guardaba dos ejemplares entre sus libros. Pero al lado de éstos estaban tambien las respuestas. Era la primera, original de D. Cecilio Corpas (3), maltratado por Presas en el capitulo antes copiado. Corpas remite á Calomarde desde Sevilla aquella contestacion para que se sirva manifestarla al Rey; pero el ministro debió creer más oportuno que éste no viera ni el folleto ni la impugnacion. E


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(1) En el impreso dice reveces. Como impreso en Burdeos, no es extraño que contenga esta y otras erratas que se omiten.

(2) Folleto salirles impreso en 1822, que se ha hecho muy raro, y se atribuyó al Sr. Pizarro. En él no quedaba sana ninguna reputación politica, y aun el mismo general Castaños salía muy malparado. (3) Tengo en mi poder el original inédito, con la carta del autor a Calomarde, fecha 12 de Enero de 1828