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sus talleres de iniquidad y de turbulencia.» El que no vea claro el sentido de esta cláusula y de la palabra talleres, en verdad que debe ser casi ciego.

Entre las primeras firmas de ella se contaba la del capitan general Castaños. Si éste era mason, como dice la coleccion de embustes de Truth, debia ser un francmason sui generis, pues pedia «el cabal restablecimiento de todas las instituciones religiosas y políticas existentes en 7 de Marzo de 1820, particularmente la del Santo Tribunal de la Inquisicion.»

Miéntras esto pasaba en Madrid, las Córtes en Sevilla hacían lo mismo que la Regencia, condenando las pretendidas transacciones do los dos condes, á los cuales exoneraron de todos sus títulos y honores el dia 22 de Mayo de 1823. Ni los realistas ni los comuneros se conformaban con transacciones: unos y otros querian jugar el todo por el todo. Los comuneros, en sus sempiternas ilusiones, soñaban con un levantamiento del país, como en 1808, sin conocer que el pueblo los odiaba tanto como á los franceses, y estaba cansado de su tiranía. Entónces el diputado Falca dejó escapar de sus lábios esta verdad terrible: «Me guardaré bien de tomar la guerra de la Independencia por término de comparacion con la actual porque ¡y quisiera equivocarme! los elementos que fomentaron aquélla y formaron el grande teson con que se llevó a cabo, están des graciadamente EN CONTRA DE ESTA.»

¡Desgraciadamente! ¿Y quién había sistemáticamente herido el sentimiento católico, la influencia del clero, la moral religiosa, el amor al Rey, el respeto al Trono, el acatamiento al principio de autoridad, el desinterés y la confianza en el gobierno, y la disciplina en el ejército, que fueron los elementos que fomentaron aquella empresa?

Despues de várias vicisitudes militares y políticas, que no son de nuestro objeto, el dia 1º de Octubre salió Fernando de Cádiz para el Puerto de Santa María, quedando en libertad y olvidando en el acto lo que acababa de ofrecer en el primero de esos puntos, con palabra de Rey.