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geracion, atendida su escasa capacidad), que si llegaba á presentarse en Francia con algunos batallones, desplegando la bandera tricolor, ellos y sus amigos harian que el ejército francés aclamara la república, de modo que en breves dias podria entrar triunfante en París, como Napoleon á su regreso de la isla de Elba.

El jefe político de Zaragoza, D. Francisco Moreda, avisó al gobierno estos tratos. Mandó el gobierno que Riego pasara de cuartel á Lérida. Este andaba entre tanto estableciendo torres de comuneros en varios pueblos de Aragon. Regresaba á Zaragoza cuando le notificó aquella orden un oficial de caballería enviado por el jefe político con un destacamento. Quiso Riego resistir; pero no habiéndole hecho caso los soldados, y avisándole el oficial que Montarlot estaba preso, envainó la espada y tomó la ruta de Lérida, mohino y cabizbajo. Dos comandantes de la Milicia y unos pocos oficiales de ella asaltaron poco despues la casa de ayuntamiento, apellidándose la Milicia y pueblo de Zaragoza, y obligaron a Moreda á renunciar. Al saberlo el resto de la Milicia, protestó contra aquel desman, y Moreda fue repuesto: era a fines de Octubre de 1821.

Otro tanto que á Riego en Zaragoza sucedió a Mina en Galicia. Había este convertido en comuneros á los muchos y antiguos masones de aquella importante comarca. Para satisfacer la sed de venganza que aquejaba á éstos, fue preciso ajusticiar á varios realistas de los primeros que se sublevaron, y á otros se los embarcó para Canarias a toda prisa en unos malos buques, á fin de salvarlos de los asesinos, que, fingiendo un motín popular, trataban de matarlos á todos.

Mina se puso al frente de los proyectos republicanos de Galicia, como lo estaba Riego de los de Aragon. El gobierno le destituyó y mandó que tomase el mando militar el brigadier D. Manuel Latre, jefe político de la provincia. Alborotóse una gran parte de la guarnicion y de la Milicia, complicada en aquellas tramas: Latre fue insultado y maltratado, y Mina volvió á tornar el mando. Pero habiendo logrado aquel fugarse de la Coruña, se estableció en Lugo, reunió fuerzas y se hizo reconocer por todas las autoridades de la provincia. Viéndose perdido Mina y aislado en la Coruña, hubo de cesar en su temeraria empresa.

Por el mismo tiempo, y á mediados de Julio, se descubrió en Barcelona otra conspiracion republicana, dirigida por un aventurero francés, llamado Jorge Bessiéres, que había estado preso por complicado en la conspiracion de Lacy, y que habia contribuido despues á proclamar allí la Constitucion. En la conspiracion entraban un fraile y otros sujetos de baja estofa. Fue condenado á pena capital, con arreglo á