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»Mientras que las sectas masónica y comunera trabajaban cada una para su santo, haciendo llegar de todas partes quejas al Rey, se preparaban para una sublevacion violenta y á mano armada. Los comuneros eran los que tenian más adelantados sus proyectos; el Gran Castellano de la secta, al saber que los combustibles estaban ya preparados en toda España, dió por fin la señal y empezó la sublevacion.

»Cádiz fue la primera en pronunciarse contra el Rey y su gobierno, y bien pronto todas las poblaciones del resto de Andalucía siguieron el movimiento. Cataluña no se hizo esperar, y se sublevó tambien casi toda; luego despues Galicia, y así fué cundiendo la sublevacion por todos los ángulos de España, de modo que el Rey y su gobierno ya no mandaban más que en Madrid. El ministerio hizo desde luégo destituciones, nombramientos nuevos, etc., etc., pero de nada sirvió; hasta las Córtes se negaron á las insinuaciones del Rey, y fue preciso entónces despachar al ministerio. Pero los ministros se habian preparado ya para su caida... Nombráronse ellos mismos sucesores, y habiendo cuidado ya de antemano que el Rey tuviese á. bien el aprobarlos, satisficieron á la nacion dejando las doradas sillas...

»Estos nuevos cofrades fueron el gran Martinez de la Rosa, presidente, y le acompañaban los Sres. Moscoso de Altamira, Sierra Pambley, Balanzat y Garelly. Todos eran tambien anilleros, de modo que cuando el pueblo pensó que el ministerio caía, se halló que no hacía más que mudarse de vestido.

»La contraseña de los nuevos ministros fué tambien la misma que la de los pasados, á saber, plan de cámaras y veto absoluto; pero como no tenian mayoría en las Córtes, porque nunca los anilleros la tuvieron, no pudieron conseguir su objeto . »Lo que más contribuyó á la caida del ministerio anterior fue la Milicia nacional voluntaria, que en su totalidad era comunera (1). El ministerio Martinez quiso cortar de raíz ese árbol de mala raza, y por esto resolvió la disolucion de la Milicia. Pero ¿cómo había de hacerse? ¿Quién arrancaba las armas de mano de los voluntarios? Para todo hubo remedio. Pretextó el ministro que la Milicia nacional voluntaria necesitaba de prontas reformas para su competente organizacion , y con esto indicó que sería del caso desarmarla momentáneamente, para volverla despues á poner en el pié de organizacion que se adoptase ; pero esto de nada sirvió, porque los milicianos, avisados por los comu-

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(1) Había de todo. Ranedo, uno de los nacionales qne murieron en la noche del 7 de Julio, había sido carcelero del Santo Oficio y asistió á dar tormento á Van-Halen, como veremos luego.