Página:Historia de las sociedades secretas, antiguas y modernas en España y especialmente de la Francmasonería - Tomo I.pdf/234

Esta página no ha sido corregida

de la anarquía (1), reuniéndose hombres respetables, aun para los partidos mismos, con el objeto de combatirlos todos, sostener el gobierno y la dignidad de la monarquía. Algunos de los que concibieron el proyecto habian abandonado las lógias apenas las vieron convertidas en teatros de intrigas y de intereses privados; y fijos en el principio de que las sociedades secretas podían reducirse, anularse o neutralizarse por otras mejor establecidas, conservaron todavía la idea de que se exigiesen formalidades para el ingreso, en la que intentaban establecer, que usasen de un anillo sus individuos, y, en fin, que conservase cierto carácter de sociedad secreta; mas no prevaleció el proyecto, determinándose que no tuviese nada de secreta, ni se imitase á éstas en signos , formalidades, ni otra cosa alguna, ántes bien, dando conocimiento á la autoridad civil, tomar el carácter de literaria, sin abandonar por eso el carácter primario, que produjo la idea de su reunion.

»Bien pronto principió esta sociedad á ser el blanco de los anarquistas: para ridiculizarla inventaron la denominacion de anilleros, con que designaron á sus individuos; pero, más ridículo que el que le procuraban los anarquistas, se procuraban ellos mismos por su propia nulidad, debida á la debilidad de algunos individuos, o acaso á la no muy buena fé de otros (2).

»Inutiles fueron los esfuerzos de la mayor parte de sus individuos: existian, es verdad, en la sociedad misma enemigos abiertos del desórden y jacobinismo; pero sus buenos deseos se estrellaban contra la inercia de los demás, que por error ó temor transigian cuando menos con las malas doctrinas. Así fué que no se realizó el proyecto de publicar un periódico que las combatiese, ni el público vio apenas otros trabajos que dos bellos discursos del príncipe de, Anglona, su presidente, que hacen honor á sus opiniones y entereza.

»Esta nulidad dió nuevas armas á sus rivales las sociedades secretas, y El. Zurriago, La Tercerola, El Espectador y El Eco de Padilla, periódicos que las servian de órgano, y que entonces alimentaban la atencion pública, con mengua de la sensatez española, la atacaron cruelmente, concluyendo á poco con ella las esperanzas que produjo en los amantes de la monarquía su establecimiento.

___________________


(1) A más de una persona fidedigna, y muy honrada, que figuró en aquellos tiempos, he oído hablar de este modo acerca del objeto primordial de la institucion de los anilleros, defendiéndolos en tal concepto. Uno de estos defensores vive todavía, y es excelente católico. Creo conveniente advertir esto, pues a ningún católico he oído defender ni vindicar á francmasones y comuneros.

(2) Sucedió en esto á los anilleros lo que á los jovellanistas en 1836, los cuales, aunque no llegaron a nacer, y quizá no existieron sino en la mente de unos pocos moderados, fueron objeto de violentas acusaciones é imputaciones de parte de todos los exaltados.