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de cierto si existen. Quizá sean inocentes alegorías o caprichosos adornos, que en otro paraje nada significarían, ni deban tampoco ser siniestramente interpretados. Quizá sean tambien fraudes recientes, ó modernas hablillas propaladas por los mismos francmasones, que siempre se han mostrado codiciosos de hallar en los templarios sus legítimos ascendientes.

Por lo demás, es lo cierto que los Concilios de Tarragona y Salamanca los absolvieron y declararon inocentes. El valor y energía con que los aragoneses, reunidos en Monzon, se defendieron contra el Rey y contra todos, amenazando sucumbir primero que dejarse tratar como herejes, prueba en ellos mucha resolución, y esa energía, hija por lo común de la buena conciencia. Esta conducta contrasta con la bajeza y cobardía de los templarios franceses y alemanes. Los españoles, al fin, aunque no fueran todo lo que debían ser, al ménos tenian alguna actividad en un país que se hallaba en guerra contra infieles, y ellos no eran cobardes.

Es más: los caballeros valencianos y algunos aragoneses, lejos de emigrar, se unieron á los de San Jorge de Alfambra, y dieron origen á la Orden de Montesa.

$VI.



Obreros francmasones en España: piedades y groserías artísticas en los templos: juicio crítico acerca de éstas.



Para justificar el título de albañiles francos (franc-ma-cons) se ha buscado el origen de esta palabra en las cofradías ó reuniones de albañiles y constructores de la Edad Media, que se dedicaban á la edificación dle iglesias, palacios, casas municipales y otras grandes construcciones de aquella época. Tenían éstos su dialecto particular, sus signos peculiares para reconocerse, sus socorros mútuos y una organizacion misteriosa. Reunidos en grandes cuadrillas iban de país en país, en busca de trabajo y de contratas, y estaban en contacto con el clero, la aristocracia, los artistas y la gente de dinero. Los Papas y los Obispos, lejos de sospechar de ellos, los colmaron de beneficios y les dieron privilegios y Bulas, que se han publicado para demostrar su importancia. En las cuentas de obras hechas en algunas iglesias de Cataluña se habla de lombardos : en mi juicio, eran obreros y constructores italianos.

Los historiadores modernos han reunido muchos datos