Página:Historia de las sociedades secretas, antiguas y modernas en España y especialmente de la Francmasonería - Tomo I.pdf/204

Esta página no ha sido corregida

revelaciones, ó si se quiere confesiones son hechas por el mismo D. Antonio Alcalá Galiano, en el tomo VII de su Historia de España con arreglo é la que escribió en inglés el doctor Dunham, de quien toma el Sr. Castro esas noticias casi literalmente en algunos pasajes. Mas prefiero citar á éste, como autor posterior que ha podido juzgar sobre el terreno, y con muchos datos, las noticias, no siempre seguras, del Sr. Galiano.


13.ª conspiración la de La Bisbal en el Palmar.


Seis dias despues de la ejecucion de Vidal fueron llevados á la Inquisicion el conde de Almodóvar, D. Martin Serrano, D. Ramon Miralles y D. Juan Genovés; otros vários se espontanearon; Nuñez Arenas y Beltran de Lis (I). Mariano), lograron salvar sus vidias. Los comprometidos en la conspiración de Valencia eran tantos, que, además de las cárceles de la Inquisicion, fue preciso habilitar las de la Curia eclesiástica, el Temple y varias celdas del monasterio de Montesa.

En Madrid fué preso tambien el conde de Montijo; pero no por eso dejó de funcionar allí el centro masónico. Este logró, sin gran trabajo, atraerse al conde de La Bisbal, que estaba al frente del ejército expedicionario que debia en breve salir para América.

Hemos visto ántes (en la conspiracion núm. 2) el carácter de D. Enrique O'Donnell, de quien hablan con igual desprecio los realistas que los liberales. A pesar de sus éxtasis y casi arrobamientos en las iglesias de Sevilla, los realistas tenian poca confianza en él; los liberales le persuadieron de que la orden secreta para matarle era cosa de Eguía; el bueno del conde no se fiaba de unos ni de otros, pero hizo cara á los dos partidos, como su hermano en Valencia á Vidal y á Elio.

Tramada estaba ya la conspiracion para sublevar el ejército expedicionario desde el año 1817. La Bisbal lo sabía, y la francmasonería contaba con su connivencia. En el deseo de copiar más bien descripciones ajenas é irrecusables que de dar narraciones propias, de que pudieran dudar algunos, parece lo mejor reproducir la siguiente (1):

«Por otra parte, un hervor continuo, una agitacion siempre en aumento, descubrían en Cádiz los manejos que trabajaban el ejército en sus alrededores reunido y minado por las sociedades secretas. Bien lo habia previsto Garay, pues cuando en su tiempo se trató de aglomerar en un solo


(1) Historia de la vída y reinado de Fernando VII, tomo II, pág. 140