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»El arresto de Elío en Valencia debía ser para la nacion la señal de libertad. El corto período que mediaba entre la vuelta de Vidal á esta ciudad y la época estipulada, fue em pleado por sus dignos compañeros para el último repaso de los elementos que ofrecía esta rica provincia, cuyos intereses particulares, como sucede en las más que componen la nacion, no estaban en completa armonía con el pacto general que se intentaba proclamar, de donde procede la tendencia á un sistema federativo (1), que se ha manifestado en España en diversas épocas de conmocion.

»D. Diego Calatrava, cuyas prendas cívicas le constituian en uno de los más fuertes apoyos de Vidal, recorrió toda la provincia, visitó todas las plazas, y sacó de su corto paseo no ménos fruto que el que había encontrado aquél en su vuelta por Castilla. La mayoría de los cuerpos que guarnecian la provincia, casi todos cuantos oficiales de reputacion se encontraban en ella, los más laboriosos agricultores y propietarios, todo estaba en el mejor grado de sazon para sostener el pendon que debia tremolar del brazo de Vidal. Las nuevas persecuciones de Madrid , empezadas por los arrestos de Belda y de Polo, sucesivamente descubiertos y cargados de hierros, no causaron mengua alguna en el ánimo de sus compañeros valencianos. Todo se acercaba al desenlace con tal circunspeccion y despecho (sic), que se estaba ya en el dinamismo de la ejecución , y el Elío suspicaz descansaba en la seguridad y confianza que le inspiraban, no ménos su pandilla de espías que sus medidas de terror y de opresion.

»Todo lo tenian dispuesto los patriotas de Valencia para apoderarse aquella noche, en el teatro, de lá persona de tan odioso tirano.

»La ciudadela estaba pronta á recibir al nuevo capturado, la guardia del teatro pronta á obedecer la primera señal de Vidal, y los patriotas apoderados de los billetes de aquellos asientos que más inmediatos rodeaban el palco de Elío y sus agentes.

»Tal era la disposicion de Valencia, cuando una ocurrencia, remota de prever, paralizó un golpe el más bien combinado. Cada cual, lleno de gozo y satisfecho de sí, iba á ocupar su puesto en la tarde del 1.° de Enero de 1819, cuando un extraordinario despachado á Elío desde la córte hizo correr con la rapidez del rayo la funesta noticia de la muerte de la reina doña María Isabel, cuyas elevadas prendas y

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(1) Es decir que los valencianos querían la república en 1818, pero los liberales ricos no estaban por eso. Ahora ya, en 1874, tenemos hecho el bellísimo ensayo de la federación, de que tan gratos recuerdos nos dejan los amables cantonales de Cartagena, Valencia, Barcelona, Málaga y otros muchos puntos de Andalucía, Murcia y demás paises de moriscos.