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ciega confianza que éste tenía en su antiguo cómplice el Tío Pedro el manchego, no pudo cerrar los ojos á la evidencia de las acusaciones, y Montijo hubo de venir á Madrid á sincerarse, pero dejando de ser capitan general. Con esto perdió su importancia la lógia central de Granada, y las negociaciones se siguieron desde Madrid con mayor actividad y en más vasta escala.

Establecióse nuevamente el sistema triangular, y la tertulia del conde era el centro de la masonería.

«La preciosa familia del sujeto que se hallaba á la cabeza de la asociacion, capaz por su afable trato de atraerse la mejor sociedad de la capital, reunía con frecuencia una tertulia compuesta de personas de ambas opiniones y sexos, por cuyo medio se estaba al cabo de las intrigas de la camarilla (1). Por otra parte, los medios de inteligencia personal se hablan coordinados de suerte que, sin necesidad de acudir á reuniones alarmantes, ni extender á muchos más el conocimiento personal de otros que pudieran ser víctimas de un nuevo Calvo (2), el sólo contacto sucesivo de cuatro personas bastaba para comunicar hasta el infinito cualquier asunto: tal era el medio que ofrecía la cadena llamada del triángulo (3).»

El mismo Van-Halen da los nombres de todos los que cooperaron á su evasion de las cárceles del Santo Oficio, entre los que nombra á Manzanares y D. Eusebio Polo, oficiales de Estado mayor, Nuñez Arenas, oficial de artillería, Belda, Arco Agüero, Zorraquin, Dominguez (D. Patricio), teniente coronel del regimiento de Valencey, y su hermano, oficial del mismo, D. Facundo Infante, de ingenieros, y el coronel T., que en 1816 era Venerable de la lógia de Cádiz (4). Por sus revelaciones se echa de ver que la central de Madrid, además de las lógias ya sabidas, tenía tambien lógias ó talleres por lo menos en la Coruña, Bilbao y otros muchos puntos, y hasta en Miranda de Ebro. Cita una vez (5) al conde de M. «que, vigilado muy de cerca por el gobierno y rodeado de espias de alta y baja clase, evitaba ciertos roces;» pero en la misma plana (tomo II, pág. 21)


(1) De este modo los realistas bonachones, o majaderos, que acudian á la tertulia de Montijo, servian á la masonería de dos modos: suministrando noticias de lo que hacian o y pensaban hacer los partidarios del gobierno, y propalando las que astutamente les comunicaban los francmasones para engañar al público y al gobierno, y difamar á no pocos hombres de bien.

(2) Un oficial del resguardo que vendió a Van-Halen, haciéndose iniciar por él.

(3) Tomo II, pág. 15 de sus Memorias.

(4) Van-Halen, tomo II. la pág. 48 le llama coronel T. y dice que en 1816 estaba en Cádiz á la cabeza de la reunion patriótica. A la pág. 46 le llama coronel A. con motivo de un disgusto y explicaciones que tuvo con él.

(5) Van-Halen, páginas 20 y 21.