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samente había de surgir en ellos la idea del cosmopolitismo, tan acariciada hoy por la francmasonería, y que viene á matar las dulces aspiraciones del patriotismo, sustituidas por una idea fantástica y de realizacion quimérica.

§ IV.

Los waldenses y albigenses en. España: Sus maquinaciones religiosas y políticas.

(1174-1250.)

A fines del siglo XII y durante la primera mitad del XIII, reaparece el priscilianismo en España, como en el siglo IV, y viniendo tambien de Francia y de los mismos países que entónces lo abortaron. Aparece tambien, como entónces, con su carácter sectario y fanático, sus milagros fingidos, su hipocresía, su ódio al catolicismo y sus reuniones misteriosas, siquiera en el siglo XIII éstas tuviesen un carácter de crueldad más bien que de sensualidad; aunque en los sectarios, á veces, la crueldad produzca algo de lubricidad, por cierto fenómeno fisiológico, no bien explicado, aunque si reconocido, en los hombres á quienes la inmoralidad llega á saciar hasta el punto de no bastarles placeres comunes, y necesitar de otros más fuertes y extravagantes, que exciten su sensualidad, embotada por el exceso y la saciedad misma.

Ya en el siglo XII (Octubre de 1174) el rey D. Alonso de Aragon , dió un edicto contra los waldenses ó pobres de Leon, que infestaban sus Estados de Francia y Cataluña, y habian sido condenados en el Concilio III de Letran, año de 1179. La condenacion se hizo á excitacion del Arzobispo de Tarragona D. Raimundo de Castelltersol, lo cual indica que aquella secta habia penetrado hasta la parte meridional de Cataluña. A pesar de eso, continuó propagándose por aquellas regiones; y penetró en la parte septentrional de Valencia, de modo que fué preciso que el Papa. Gregorio IX, entrado ya el siglo mandase establecer allí la Inquisicion contra aquellos herejes. Favorecida y fomentada por los perversos condes de Foix y otros señores, seguía aún esta secta en Cataluña hacia el año 1257; pero de sus excesos nos