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«Habitaba yo en Murcia en una gran casa, junto al cuartel del regimiento. La necesidad de un local suficiente para el formal aparato con que siempre verificábamos nuestras reuniones (1), me obligaba á vivir, aunque militar soltero, tan anchurosamente, pretextando destinarlo á las conferencias de los oficiales del cuerpo.» Los francmasones que por entónces concurrian á ella eran «D. Ignacio Pinto, Romero Alpuente (magistrado), el brigadier Torrijos y la mayor parte de los oficiales de su cuerpo, con algunos otros pocos sujetos estimados en el país.» (Pág. 46).

Cuando se sublevó Lacy, estaban estos militares y otros muchos de España de acuerdo con él, y el mismo Van-Halen «pasó de Murcia á Cartagena y Alicante para entenderse con las lógias y la tropa de alli» (Pág. 47) Vióse con esto el inconveniente de que el Consejo Supremo estuviese en Granada, y «ya en Junio de 1817 una fraccion de la autoridad patriótica hubo de establecerse en Madrid, como punto céntrico más á propósito para acudir oportunamente á todos los demás. (Pág. 47).»

El gobierno sospechaba ya del conde do Montijo: la Inquisicion procuró envolverle en la causa de Van-Halen, y se le mandó venir á Madrid. Por ese motivo se estableció allí ese centro de accion en 1817, prescindiendo del de Granada. La masonería de Madrid estaba muy bien servida dentro de la misma Inquisicion, y no se necesita ser muy lince para conocer que la fuga de Van-Halen do su calabozo está desfigurada y pintada por él de una manera amañada, y que el milagro fué hecho por el Deus ex machina del Olimpo moderno, que se llama San Millon. Veremos luego quo la masonería tenía casi minada materialmente la Inquisicion de Madrid.

Pero ¿quién fué el que dió el dinero, suyo ó ajeno, para hacer ese milagro?

El Sr. Van-Halen dice sobre esto (tomo II, pág. 20:

«Al instante Nuñez (2) acudió al conde de M***, que, vigilado muy de cerca por el gobierno, rodeado de espías de alta y baja clase, evitaba ciertos roces. El conde (3) puso en manos de Nuñez una gran suma, que luego le fué devuelta, ofreciendo uno de sus mejores caballos y todo cuanto se necesitaba para mi completa libertad..........................................................

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(1) Para una conspiracion militar no se necesita, ni aun conviene, formal aparato. Se ve, pues, que Van-Halen tenia logia en toda regla, en su casa de Murcia.Un catalan que la visitó, quedo admirado de sus columnas á la filosofa, (pág. 48)

(2) 1). José Nuñez de Arenas, capitan de artillería, partidario muy decidido de la francmasonería, segun Van-Halen.

(3) ¿Quien sería este Sr Conde de las tres masónicas ***? A cualquiera se le ecurre el nombre de Montijo abajo citado.