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institucion, acrecieron el número de sus prosélitos, y lo que antes tenía por objeto discusiones insignificantes y vagas, llegó á adquirir un carácter de reunion política, en que se sancionaban principios de libertad y combinaban planes contra la existencia del gobierno. Tardó éste en advertir la propagacion de aquellos ocultos enemigos de su sistema (1). y cuando quiso precaverse de sus asechanzas, destruyendo la obra y persiguiendo encarnizadamente á sus autores, no le fue ya posible.

»Los sectarios habian adquirido una audacia que rayaba en temeridad, formando un solo cuerpo, cuya cabeza, el Grande Oriente, existía en Granada, y habian admitido en su seno á varios personajes de los que más se distinguian en la nacion por sus talentos, nombradía. y riquezas. Confiados en tan poderosos auspicios, se creían ya seguros y casi vencedores: apenas tomaban ya ninguna precaución (2) para ocultar el sitio en que celebraban sus conferencias, y como, sin embargo de la indiferencia con que comenzaban á mirar aquellos habitantes la ineptitud de los que regian la monarquía, odiaban hasta la idea de sociedades clandestinas, que suponian ser todas contrarias á la pureza de la Religion católica, no fué difícil hacer las convenientes averiguaciones sobre los individuos del Grande Oriente. Excepto muy pocos que consiguieron salvarse, los demás cayeron en manos de las autoridades y fueron sumidos en calabozos y tratados como conspiradores y como herejes. Cupo igual suerte á todos los otros afiliados, que, aunque esparcidos por la Península, dependian de aquel centro común; y entre ellos merece hacerse especial mencion de D. Juan Van-Halen, aquél que á principios del año de 1814 fué causa de que con singular ardid volvieran á nuestro poder las plazas de Lérida, Monzon y Mequinenza (3).

»Increibles parecerian las extrañas aventuras (4) que de él nos cuentan en este tiempo, á no verlas exactamente confirmadas en una Memoria que el mismo sujeto acaba de dar á luz (5), relativa al asunto que nos ocupa ; documento

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(1) No son esas mis noticias. El gobierno supo desde luego las poco ocultas maquinaciones, y lo que dice el capitan D.G.J. G. de la desconfianza que desde luego inspiraron los oficiales venidos de Francia, lo indica asi. En esta sempiterna disputa, los liberales motivan sus maquinaciones en la persecucion de los realistas, y los realistas motivan la persecucion en las maquinaciones de los liberales. Unos y otros tienen razon en sus acusaciones: eran tales para cuales.

(2) ¿Para qué necesitaban precauciones si casi todos los ministros de Fernando VII eran francmasones?

(3) Napoleon, que habia debido muchos de sus triunfos á los manejos de la masonería, se vio abandonado de ella en 1813 y 14, como demuestra el abate Gyr, pág. 319 y siguientes, y 329 y siguientes.

(4) Para quien conozca los resortes de la masonería nada tienen de extraño.

(5) Se titula Memorias del coronel D. Juan Van-Halen: la edicion que poseo, en dos tornos en 8.° marquilla, es extranjera y carece de portadas : fué impresa hacia 1829.