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aun calumniosa, del Nuncio Gravina, y otras algo más exactas de Ostolaza, Escoiquiz y el duque del Infantado, que formaban la tertulia del infante D. Antonio, añade (1): «Otro poder más terrible se levantó á sus espaldas y los destruyó á todos, cuando apareció dentro de poco la Camarilla, así llamada porque tenía este nombre la antesala de la real cámara, donde, al pie de la campanilla de su amo, descansaban los criados de la baja servidumbre que estaban de guardia (2).

»Arbitra de los destinos y de los tesoros del Estado, al que humillaba y destruia con sus amaños, componíase del referido D. Blas Ostolaza, del duque de Alagon, de Ramirez de Arellano, de D. Antonio Ugarte, ascendido del puesto más humilde á los salones de Palacio, y de Pedro Collado, llamado Chamorro, natural de Colmenar Viejo, que, de aguador de la fuente del Berro, se encumbró á la servidumbre de Fernando, cuando todavía era príncipe de Asturias. Su lenguaje truhanesco y su cómica garrulidad merecióronle algunas confianzas del príncipe, é iniciado en la conspiracion del Escorial, estuvo preso e incluido en la sentencia de aquella causa. Habia servido entónces Chamorro de espía de los demás criados, y celaba tambien la cocina por encargo de Fernando, que temía le envenenasen la comida.

»Sentado en el sólio el hijo de Carlos IV y de María Luisa, creció el favor de Chamorro; y habiendo acompañado al Monarca á Valencey, y elevádose á confidente intimo, regresó á España convertido en favorito. De tal suerte se habla el Rey acostumbrado á las gracias y libertades de su criado, que no podia vivir sin su compañía, y en más de una ocasion esta planta, humilde pero venenosa, carcomió las raíces y abatió los cedros más excelsos. Si al recorrer los años, cuyo cuadro trazamos, vemos cruzarse las intrigas más torpes, y no les encontrarnos significado alguno político, preciso será buscar la solucion en el recinto del gabinete real, donde, lejos de todas las miradas, se ataban los hilos de la red en que enredados los ministros caian y se levantaban segun el impulso de los actores.................................................................................................................

»No tardó en aparecer al frente de la camarilla, con desdoro del soberano á quien representaba, el bailío Tattischetf, estímulo y atizador de aquella fragua, siempre ardiendo y vomitando rayos contra la pública felicidad. El bailío ruso tuvo la destreza necesaria para persuadir á Fernando las

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(1) Tomo II, pág 62 de la Historia de la.vida y reinado de Fernando VII.

(2) Fernando VII, falto de buena sociedad en Valencey, pues no le bastaban los buenos oficios de la princesa de Talleyrand para procurársela, tenia que tratar demasiado con sus criados: no todos ellos le fueron fieles. De aqui su afecto e los pocos de quienes se había podido fiar, y que siguiese la costumbre de salir algun rato a fumar y hablar con ellos.