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Historia

buen acogimiento que le habia hecho, y provisiones que con tanta abundancia les habia mandado dar, y que si no se fuesen que no les diese más y los dejase. Lo cual dijo por palabras y señas el Gobernador á Cortés, á la clara, despues que el presente le hobo dado, conviene saber: «Que decia su señor Moteczuma, que si otra cosa queria más de las que le habia dado, que, teniéndola, se la daria, pero que luégo se fuesen él y su compaña.» Cortés le dió á entender, que todavía queria ir á verlo, el Gobernador respondió: «Que no lo habia de hacer, porque su señor así lo mandaba.» Quedando así desconcertados, el Gobernador se fué y dejó mandado que toda la gente de indios, hombres y mujeres, que allí estaban sirviendo á ellos y á sus caballos, y trayéndoles la comida con tanta suficiencia que sobraba, en viniendo la noche se fuesen y ninguno quedase. Hiciéronlo así, é á la mañana halláronse todos los muchos ranchos que allí habian hecho los indios, donde se cogian en tanto que aquel servicio y proveimiento duraba, despoblados. Visto ésto, Cortés comenzó á proveer su quedada por otra arte; despachó un navío de los pequeños, la costa abajo, para que buscase algun mejor puerto, porque parecia estar en peligro allí los navíos sí viniese algun temporal, y tambien algun buen asiento para donde poblasen; y porque temió por la huida de los indios, que les proveian que quizá vernian sobre ellos algun ejército de Moteczuma, haciéndoles guerra para de la tierra echallos, mandó meter todos los bastimentos y cosas que no eran para pelear en los navíos, porque con la priesa no se perdiese algo. Volvió el navío sin hallar puerto más de un peñon que entraba en la mar algo, donde podia haber para los navíos algun abrigo ó mamparo, que estaba de allí hasta siete ú ocho leguas; mandó ir allá todos los navíos, y él con 400 hombres y los 15 caballos acordó ir á la tierra dentro, y descubrir si habia gente de guerra, y los pueblos que por ella hallase, y, como no se meneaba que no tuviese mil espías, sintiendo los pueblos que se movia para entrar por la tierra, todos huyeron, dejando todas sus casas desmamparadas, llevando á cuestas lo