sí mismo testificaba, con que al mundo, que no sabia de su principio medio y fin cosa, Cortés y Gomara encandilaron, como abajo, placiendo á Dios amador de verdad, parecerá. Lo cual por agora dejado, despues que Diego Velazquez determinó que se hiciesen pueblos ó villas de españoles en las provincias de aquella isla, y repartió los indios á los tales vecinos, como la historia dirá, perdido todo el enojo de Cortés, dióle tambien indios y su vecindad, y tractóle bien, y honróle haciéndole Alcalde ordinario en la villa, que despues fué ciudad, de Sanctiago, donde lo habia avecindado; porque desta condicion era, cierto, Diego Velazquez, que todo lo perdonaba pasado el primer ímpetu, como hombre no vindicativo sino que usaba de benignidad. Tambien de su parte Cortés no se descuidaba de serville y agradalle, y no enojalle en cosa chica ni grande, como era astutísimo, de manera que del todo tornó á ganalle, y á descuidalle, como de ántes. Tuvo Cortés un hijo ó hija, no sé si en su mujer, y suplicó á Diego Velazquez que tuviese por bien de se lo sacar de la pila en el baptismo y ser su compadre, lo que Diego Velazquez aceptó, por honralle, de buena voluntad. Todas estas honras y favores, que Diego Velazquez dió y hizo á Cortés, se le tornaron en daño y perdicion á él por el desagradecimiento de Cortés. Dióse buena priesa Cortés, poniendo diligencia en que los indios que le habia repartido Diego Velazquez, le sacasen mucha cantidad de oro, que era el hipo de todos, y así, le sacaron dos ó tres mil pesos de oro, que para en aquellos tiempos era gran riqueza; los que por sacarle el oro murieron, Dios habrá tenido mejor cuenta que yo. Porque dije que tenia mujer, así fué, que en el tiempo de sus disfavores Cortés se casó con una doncella, (aunque Gomara parece decir que primero la hobo), hermana de un Juan Suarez, natural de Granada, que allí habian pasado con su madre, gente pobre, y parece que le debia de haber prometido que se casaria con ella y despues lo rehusaba. Y dice Gomara, que porque no queria casarse y cumplir la palabra, estuvo Diego Velazquez mal con él, y no era fuera de razon ni de justicia, pues era Goberna
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