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Historia

ramas de los árboles y las hierbas de las çabanas ó llanos indios armados se les antojaban, y si consideraban la mar, les parecia que venia de canoas y gente de guerra cuajada. Con estos pensamientos é imaginaciones, que les causaban terribles temores, andaban como atónitos, no sólo haciendo corrillos, pero cuasi á voces los publicaban clamando. En esto, el buen Pedrárias, como desesperado, mandó cerrar la casa de la fundicion, donde aquel tan sangriento é inícuo oro se fundia, que entre ellos era señal de guerra ó de hambre, como si Pedrárias más claro dijera: «más nos vá que juramento perder de ir á robar oro el cuidado, porque más es tiempo de buscar remedio para salvar las vidas, que en allegar hacienda ocuparnos.» Parece que mandar cerrar la fundicion, Pedrárias, en señal de guerra ó de hambre, quiso parecer al Templo de la Paz, que edificó Vespasiano en Roma, el cual, los romanos, cuando abrian, era señal de guerra, y de paz cuando lo cerraban; entendiendo en nuestro caso los fines y significaciones por el contrario. Entre las presentes angustias vino tanta devocion á Pedrárias, y en ella le debia el Obispo de ayudar, de mandar que se hiciesen oraciones y plegarias para que, diz que, Dios quitase su ira de sobre ellos; tanta era su insensibilidad que no atendian á que los nefarios crueles é inespiables pecados que, contra Dios y sus prójimos, destruyendo é infernando aquellas gentes, sólo por roballos y captivallos, cometian, era la causa: parece que habian venido en sentido reprobado, del cual habla San Pablo. El conocimiento y arrepentimiento que dellos tenian confirmarse há por lo que se dijere adelante. Y parece tambien que Diego Albitez, que de ésta se escapó, con ambicion de sólo ya gobernar, como se via rico de aquel oro descomulgado, envió á Castilla, de secreto, á un marinero llamado Andrés Niño, tambien de pensamientos no bajos, para que le trujese del Rey una gobernacion de la mar del Sur, á quien dió para que lo fuese á negociar 2.000 castellanos; de éste Andrés Niño no es poco lo que queda por decir abajo.