barca la primera vez habian quedado, porque, por el gran placer de oirles contar las cosas de su viaje, no los habia enviado. El Almirante hizo mucha honra á los tres mensajeros, y mandóles dar camas aquella noche en la carabela, porque era tarde y estaba léjos la poblacion; y porque el jueves pasado, cuando se vido en el angustia de la gran tormenta, hicieron el voto y votos de susodichos, entre los cuales fué el voto de que en la primera tierra donde hobiese casa de Nuestra Señora saliesen en camisa, etc., acordó el Almirante que la mitad de la gente de la carabela fuese á cumplirlo á una casita que estaba junto con la mar, como ermita, porque, despues de aquellos vueltos, saliese él, con la otra mitad de la gente, á hacer lo mismo. Luego, mártes, de mañana, 19 de Febrero, y dia de Carnestolendas, viendo el Almirante ser tierra segura, confiando en las ofertas del Capitan y en la paz que habia entre Portugal y Castilla, envió la mitad de la gente á tierra, y rogó á los tres portogueses que fuesen á la poblacion y les trujesen un clérigo para que les dijese misa, los cuales salidos, iban todos en camisa en cumplimiento de su romería; y estando en la ermita en su oracion, saltó con ellos todo el pueblo, dellos á caballo y dellos á pié, con el dicho su Capitan, y á todos los prendieron. Despues, estando el Almirante sin sospecha esperando la barca para salir él en tierra, para cumplir su promesa, con la otra parte de la gente, hasta las once horas del dia, viendo que no venian comenzó á sospechar, ó que los detenian, ó que la barca era quebrada, ó perdida, porque toda la isla es cercada de altas peñas; esto no podia ver el Almirante, porque la ermita estaba detras de una punta ó cerro que entra dentro en la mar, y encubre los navíos, ó la ermita dellos. Mandó levantar el ancla y dió la vela hasta en derecho de la ermita, y vido muchos de caballo, que se apearon y entraron en la barca con armas, y vinieron á la carabela para prender al Almirante; levantóse el Capitan de los portogueses en la barca, y pidió seguro al Almirante, dijo el Almirante que se lo daba, pero ¿qué innovacion era aquella, que no via ninguno de su gente en la barca? y añidió el Almirante,
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