CAPÍTULO LXV.
Salió del Monte-Christi é vieron venir la carabela de Martin Alonso.—Tornóse al puerto.—Vino en la barca Martin Alonso á se desculpar.—Disimuló el Almirante por la necesidad que tenia.—Muéstrase la falsedad de los que quisieron detraer de la gloria y merecimiento del Almirante por el descubrimiento destas islas y aplicarlos á sólo Martin Alonso, por el mismo proceso que se hizo entre el Fiscal del Rey y el Almirante, para lo cual se ponen á la letra algunas preguntas y dichos de los testigos.
Salido el sol, domingo, 6 dias Enero, hízose á la vela de aquel puerto de Monte-Christi, con el terral (que por causa del gran rio que allí entra, de que luego diremos, sopla de sí fresco viento terral más que en otra parte), y váse la vía del leste ó Oriente, porque así va la costa; daba reguardo apartándose de las restringas y bajos de piedra y arena que por allí hay, puesto que dentro dellas hay, diz que, buenos puertos y buenas entradas por sus canales. Duróle la frescura del viento terral hasta medio dia, con el cual anduvo 10 leguas; ventó despues viento leste recio, que le daba por la proa, mandó subir un marinero al topo del mastel, donde suele estar la gavia (la cual no debia tener la carabela), para que viese bien los bajos que le estaban por delante, y, hé aquí, vido venir la carabela Pinta de Martin Alonso Pinzon, que venia con viento en popa hácia el Almirante; debiera de haber sabido de los indios de aquella costa, como estaba el Almirante en la tierra del rey Guacanagarí, ó que venia ya, y acordó de venir á dar disculpa del apartamiento que hizo. Visto que venia Martin Alonso, y que no habia por allí tan seguro surgidero como el del Monte-Christi, acordó volverse á surgir allí, desandando las 10 leguas que habia andado, y la carabela Pinta con él. Llegados al puerto, vino luego Martin Alonso á la carabela Niña á dar desculpa de haberse apartado, al Almirante, diciendo que se habia partido dél contra su voluntad,