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de las Indias.

Monte-Christi, se debe meter á la mar, dos leguas. Cuando el sol queria salir, sábado, 5 de Enero, alzó la vela con terral, y aunque con viento despues leste, que le era contrario, anduvo aquellas seis leguas, y vido que estaba una isleta cerca del Monte-Christi, por la cual, de la parte del Norte al Sueste parecia hacer buen puerto. Halló, por la costa que iba, y cerca del monte, 17 brazas de fondo, y muy limpio todo; entró entre el dicho monte y la isleta, donde halló tres brazas y media con baja mar, y así vido ser muy singular puerto, y allí surgió. Fué con la barca á la isleta, donde halló fuego y rastro de haber estado, poco habia, pescadores; vido allí muchas piedras pintadas de colores, ó cantera de piedras tales de labores muy hermosas, diz que, para edificios de iglesias ó de otras obras reales, como las que halló en la isleta de Sant Salvador, que fué Guanahaní, la primera que descubrió; halló tambien en esta isleta muchos piés de almástigos, y maravíllome que no dice haber hallado sal, porque hay en esta isleta muy buenas salinas, pudo ser que las hobiese apartadas de donde él estaba. Tornando á repetir la hermosura del Monte-Christi é de su altura, puesto que no es muy alto, y de muy linda hechura y andable, dice él, y toda la tierra cerca dél es baja y muy linda campiña, y él queda así, alto, que viéndolo desde léjos, parece isla que no comunique con alguna tierra; dice que toda la tierra de por allí le parecia muy baja y muy hermosa, y lo otro, todo tierra muy alta y grandes montañas labradas y hermosas, y dentro de la tierra una sierra del Nordeste al Sueste, la más hermosa que habia visto, que le parecia propia como la sierra de Córdoba. Via tambien muy léjos otras montañas muy altas hácia el Sur y el Sueste, y muy grandes valles, y muy verdes, y muy hermosos, y muy muchos rios de agua, todo esto en tanta cantidad apacible, que no creia encarecerlo la milésima parte de lo que en la verdad era; juzgaba que via, de tierras excelentísimas, 100 millas. Quien le diera nuevas donde estaba, bien es cierto que le diera buenas albricias. Estaba frontero de las minas de Cibao, en el medio de la grande y real vega, y en la tierra de