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de las Indias.

tanto que él iba y tornaba de Castilla, ellos supiesen la lengua, y hubiesen preguntado, inquirido, y sabido los secretos de la tierra, los señores y Reyes della, y las minas del oro y metales otros, y si en ella habia otras, más de las que él habia visto, riquezas, y lo que él mucho estimaba tambien y creia haberlo, que es especería; la tercera, por dejar en alguna manera prenda, porque los que oyesen en Castilla que habian quedado ciertos cristianos de su voluntad en esta isla, no temiesen la luenga distancia, ni los trabajos y peligros de la mar, aunque esto no era mucho necesario, porque con decir que habia oro, y tanto oro, aún al cabo del mundo no temieran los de España irlo á buscar; la cuarta, porque como se le habia perdido la nao, no pudieran tornar todos en la carabela, sino con gran dificultad; la quinta, por la voluntad que todos mostraban de quererse quedar, y los ruegos que sobre ello al Almirante hacian, diciendo que se querian allí los primeros avecindar. Favoreció y animó mucho su determinacion ver la bondad, humildad, mansedumbre y simplicidad de todas estas gentes, y sobre todo, la gran caridad, humanidad y virtud del rey Guacanagarí, y el tan señalado acogimiento, que no pudo ser en el mundo en casa de padre y madre más, como les habia hasta entónces hecho, y el amor que les mostraba, y lo que cada hora se les ofrecia hacer más. Así que, resuelto en esta determinacion, porque, con algun abrigo, el que al presente le era posible, quedasen, acordó que se hiciese una fortaleza de la tablazon, madera y clavazon de la nao con su cava en derredor, que para los indios desta isla fué y era tan fuerte, como Salsas para defenderse de franceses, y muy mejor. Mandó, pues, luego á toda su gente dar muy gran priesa, y el Rey mandó á sus vasallos que le ayudasen, y como se juntaron cuasi innumerables personas con los cristianos, diéronse tan buena maña, y con tanta diligencia, que, en obra de diez dias, nuestra fortaleza quedó muy bien hecha, y, segun convenia por entónces, edificada; púsole nombre la Villa de la Navidad, porque aquel dia habia llegado allí, y así hasta hoy se llama aquel puerto de la Navidad,