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mio que al oirlo los de la Junta quedaron estupefactos. Hé aquí las principales condiciones que impuso á las coronas de Aragon y de Castilla. Seria:
Virey,
Gobernador jeneral de las islas y tierra firme, que descubriera, y
Grande almirane del Océano.

Estos cargos y oficios se trasmitirian en su descendencia por órden de primojenitura.

Recibiria la décima parte de todas las riquezas: perlas, diamantes, oro, plata, perfumes, especerias y demas producciones descubiertas ú esportadas de los paises sometidos á su autoridad.

Los comisarios que no podian adivinar el pensamiento íntimo de Cristóbal, sintieron herido su orgullo con la sola idea de que un italiano, que habia sido la irrision ó la lástima de todos, cuando se gastaba en las antesalas, solicitando audiencias, osara hoy estipular títulos y honores, que lo colocarian sobre las casas mas ilustres de España, y se suspendió la conferencia.

A los ojos de Colon parecia muy natural su demanda, pues si iba á dar á los reyes estados mas grandes que los que tenian, era lójico fijar un premio, que por sí solo indicase lo inmenso de su donativo: la recompensa debia estar en relacion con el servicio, porque el que admite menos de lo que le es debido, se humilla. Por otra parte, tampoco exijia mas de lo que nueve años antes pidiera á Portugal, y si nada añadia, tampoco quitaba lo mas mínimo, probando así, que lo que pensaba entónces lo pensaba de antiguo, y que subsistian siempre las mismas causas.

Necesitaba Colon para realizar sus planes, ocupar elevada posicion, tener grande autoridad, y sobre todo cuantiosas riquezas. Dejemos consignado aquí el secreto de su ambicion desmesurada; secreto tierno, piadoso y cándido, que se escapó de sus labios algunos dias