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Desde 1521 se les ha inculcado a los mexicanos el sentir desprecio y pena por la herencia cultural de los Viejos Abuelos. Cada mexicano para "progresar económicamente" o "mejorar socialmente", tiene que alejarse lo más posible de sus raíces y negar su -cultura madre-. El camino es hablar, vestir, comer, trabajar, consumir; en síntesis, ser como sus conquistadores. Asumir el rostro del colonizador y maquillar el rostro milenario de nuestra propia cultura, hasta aparentemente borrarlo. Pintarse el cabello, blanquearse la piel, alisarse el cabello, ponerles nombres a los hijos en inglés. Negarse a sí mismo y sentir vergüenza por su propio fenotipo.

El supuesto problema es que los mexicanos para "ser modernos", tenemos que dejar de “ser tradicionales". Ser "moderno" implica, ser como el extranjero colonizador; ser "tradicional" implica ser como el indígena colonizado. La exaltación de lo extranjero y el desprecio por lo nacional, no solo se dio en productos y modas, sino lo que resultó aún mucho más dañino; el asumir el corazón y los sentimientos, imponiendo por encima de nuestro rostro, el rostro del conquistador-colonizador.

Los mexicanos podemos ser extremadamente tradicionales y mantener un profundo y encendido orgullo de nuestra cultura, nuestro pasado y nuestro Patrimonio Cultural; y al mismo tiempo, ser escalofriantemente modernos. Como ahora en día lo hace el pueblo japonés, quienes son defensores furibundos de sus orgullosas tradiciones y al mismo tiempo, son punta de lanza de la tecnología mundial. Los mexicanos necesitamos, desarrollar "Un rostro propio y un corazón verdadero" en el siglo XXI, que sea al mismo tiempo moderno, pero que se sostenga en nuestra milenaria tradición. Debemos de dejar de ser "extranjeros incultos en nuestra propia tierra"; y debemos luchar por ser mexicanos de primera y no, occidentales del tercer mundo. El México del siglo XXI necesariamente tendría que ser construido con nuestra Cultura Madre, no contra ella.

La Herencia Tolteca en la Matria.

Lo que hoy conforma el territorio nacional, fue la cuna de la civilización de Anáhuac. La nación mexicana cuenta con una historia de

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