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La entrega de los Mexicas a los españoles.

Finalmente, y contra la voluntad popular y de muchos dirigentes y sacerdotes mexicas, El Tlatócan ordenó a Moctezuma recibir en Tenochtitlán a Cortés, el capitán de Quetzalcóatl. Existe documentado por el propio Cortés y Bernal Díaz, un hecho, que revela claramente qué sucedió en la conquista. Moctezuma manda llamar a todos los Señores que le tributaban en el Cem Anáhuac, y delante de los españoles les dice que por fin había llegado aquél que tanto esperaban y que le debía obedecer y tributar al rey de España, como hasta entonces la habían hecho a él. Esto es, que el poderoso imperio azteca, sabedor de la trasgresión que habían realizado sus antepasados al mando de Tlacaelel, aceptaban su usurpación ideológica y religiosa, entregándose a la voluntad del dios mítico y milenario de los pueblos del Cem Anáhuac. En voz del propio Moctezuma y mandado tomar su discurso a través del escribano por Cortés, ya que el tlatoani le dijo que sería un evento muy importante, Moctezuma les dice a sus Señores tributarios, que para el efecto había mandado traer de todo el imperio:

“Hermanos y amigos míos, ya sabéis que de mucho tiempo acá vosotros y vuestros padres y abuelos habéis sido y sois súbitos y vasallos de mis antecesores y míos, y siempre de ellos y de mi habéis sido muy bien tratados y honrados, y vosotros asimismo habéis hecho lo que buenos y leales vasallos son obligados a sus naturales señores; y también creo que de vuestros antecesores tenéis memoria como nosotros [los mexicas ]* no somos naturales de estas tierras, y que vinieron a ella de muy lejos tierra, y los trajo un señor [Quetzalcóatl]* que en ella los dejó, cuyos vasallos todos eran. El cual volvió desde ha mucho tiempo y halló que nuestros abuelos estaban ya poblados y asentados en esta tierra, y casados con las mujeres de esta tierra y tenían mucha multiplicación de hijos, por manera de que no quisieron volverse con él ni menos lo quisieron recibir como señor de esta tierra [la trasgresión de su filosofía y religión]*; y él se volvió, y dejó dicho que tornaría o enviaría con tal poder, que los pudiese constreñir y atraer a su servicio. Y bien sabéis que siempre lo hemos esperado [con temor]*, y según las cosas que el capitán [Cortés]* nos ha dicho de aquel rey y señor que le envió

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