diferente del que ellos traían, las orejag horadadas y tan abiertas como sus descendientes las traemos, y que en sus palabras y rostro mostraban ser hijos del sol, y que venian á los hombres para darles pueblos en que viviesen, y mantenimientos que comiesen, maravillados por una parte de lo que veian, por otra aficionados de las promesas que les hacian, les dieron entero crédito a todo lo que les dixeron, y los adoraron y reverenciaron como á hijos del sol, y obedecieron como á Reyes, y convocándose los mismos salvages unos á otros, y refiriendo las maravillas que habian visto y oido, se juntaron en gran número hombres y mugeres, y salieron con nuestros reyes para los seguir donde ellos quisiesen llevarlos.
Nuestros príncipes, viendo le mucha gente que se les allegaba,