Página:Histórica relación del Reyno de Chile.djvu/67

Esta página ha sido corregida
50
BREVE RELACION

deſpejado del cielo, donde eſtan, no ay quien no reconoſca la ventaja, que hazen a otras partes. Podemos dar por raçon natural de eſto el buen temperamento del ayre, y dela tierra, porque aunque ay en ella tantos Rios como hemos viſto, pero como eſtos ſon tan rapidos, y veloces en ſu curſo, no ſe rebalſan de manera, que la humedezcan de maſiado, ſino ſolo lo que baſta para conſeruar el humor neceſſario para ſu fertilidad, y delos dos extremos tiene mas de ſeca, que de humeda, particularmente haſta los treinta y quatro, y treinta y cinco grados, lo qual ſe ve manifeſtamente por dos experiencias. La primera por el buen efecto con, que ſe curan alli las llagas, y otros achaques, que ſuelen fomentarſe, y durar mas con la humedad.

La ſegunda experiencia esta delas habitaciones, y caſas, donde las eſtancias mas regaladas ſon las delos quartos baxos, que ſe habitan en el verano por mas freſcos, y en el hiuierno por mas calientes, y ſiendo aſſi, que ſe riegan todos los dias en todo el año, y que los ſuelos, ſon de ordinario dela meſma tierra, y no eſtan fundados ſobre bobedas; ſin embargo no haze daño viuir en ellos, y no ay neceſſidad de eſteras, o entablados por riguroſo que ſea el hiuierno, que es buen argumento de que aquel temple inclina mas aſequedad, que humedad, de donde ſe ſigue que el Sol leuante menos vapores, y aſſi eſtando mas purificado el aire, ſalga mas la claridad, y luz delas eſtrellas, y eſta es tambien la cauſa de que el meſmo Sol ſalga ſiempre y ſe ponga deſpidiendo deſi rayos de luz, y reſplãdor, lo qual no es aſſi dela otra vanda dela cordillera, y otras tierras, que he viſto, donde ſuele eſtar el Sol leuantado dela tierra vna pica en alto, y aunque ſe ve ſu rueda, no offende ſu viſta, porque lo grueſſo dela brumaçon dela tierra, empaña ſu luz, y retarda la claridad, y hermoſura de ſus rayos.

Es admirable la experiencia, que tienen de eſto los que nauegan aquel mar deſde el Perù para Chile, porque aunque vayan muy apartados dela tierra, conocen ſenſiblemente por el Orizonte quando llegan a ſu juriſdicion, porque comiença averſe eſte todo deſcombrado, y ſereno, dorado, y bello, mexorandoſe cada dia mas, y mas ſu hermoſura, al paſſo que ſe va ſubiendo a mayor altura del polo, y entrando mas en los terminos de Chile, y al contrario ſaliendo de alli para la linea, encomençando a avezindarſe al tropico, va deſdiziendo aquella luz, y deſmayando aquella beldad de manera, que en el viaje que hize de aquellas partes a Eſpaña, no puede ver entodo el camino aquellos orizontes de Chile, ſino otros muy differentes, cargados, melancolicos, y triſtes, haſta que llegue a la Hauana, dõde por eſtar ya en diez y ocho grados al polo artico, comence a reconocer los de nueuo, mexorandoſe cada dia, y pareciendo ma sdorados, y hermoſos ſegun veniamos ſubiendo a mas, y mas altura haſta llegar a Eſpaña.

Eſto es en quanto ala luz, y hermoſura del cielo, y delas eſtrellas, de que pueden dar ſu juizio, y parecer todos los q̃ las han viſto; no aſſi de ſu grãdeza, cuya cõtemplacion, y menſura, quieren q̃ ſea propria ſuya los aſtrologos, y peritos delos mouimiẽtos, y diſpoſicion dela celeſte eſphera, y a mi ver quien puede hablar en eſta materia con mas acierto, ſon los que ala ſciencia de ſu eſpeculacion, añaden la experiencia de hauer viſto el vno, y otro polo, como ſon los, que refieren Iuan, y Theodoro de Bry en la octaua, y nona parte de ſus curioſos doze libros, en que traen variedad de hiſtorias, obſeruancias, y viajes, que ſe han hecho en la vna, y otra India haſta el eſtrecho de Magallanes.

Refieren pues eſtos Autores la opinion, y parecer de hombres doctos, que nauegan de el mar del Sur obſeruaron atentamente lo que apuntare yo aqui fielmente traducido de ſu buen latin en nueſtro vulgar y dize aſsi. Los que de nueſtros doctos ſulcaron el mar del Sur, nos quentan muchas coſas de aquel cielo, y de ſus estrellas, aſſi de ſu numero, como de ſu grandeza; y yo juzgo, que en ninguna manera ſe deben, anteponer alas estrellas meridionales eſtas que aca vemos, antes affirmo ſin genero de duda, que ſon mucho mas, y mas lucidas, y maiores las que ſe ven vezinas al Polo antartico. Añade vltimamente delas
eſtre-