Página:Histórica relación del Reyno de Chile.djvu/506

Esta página no ha sido corregida
415
DEL REYNO DE CHILE
yn obrero fideliſſimo, y que con grande valor, y prudencia le ayu daria a entablar los arbitrios dela paz, que pretendia cúpliole nueſtro Señor el deſſeo, que tenia defer delos primeros que derramaſſen en eſta Prou ncía ſu lang e por ſu amor. Haſta aquiel Padre Diego de Torres. El Padre Luis de Valdiuia hablando de eſte dichoſo padre, y dicho algo de lo que queda referido (en que convienen tambien los que he alcançado aqui en Roma delos, que le conocieron aſſi delos nueſtros como delos de fuera) añade eſtas palabras. Era el padre Oracio de vn roſtro venerable, alegre, y graue, de rara man fedumbre, y ſuauidad en ſu trato, por lo qual era amable de quantos le tratauan. tenia grande amor de Dios, y mucha ora. cion, y gran zelo delas almas y terniſſimo amoralos Indios, y muy deuoto de nueſtra Señora. Hatta aqui eſtos fideliſſimos, yabonados teſtigos delos meritos, y dotes de eſte iluſtre varon, los quales hablando del dichoſo Padre Martin de Ara da Valdiuia dizen aſſi, y primero el Padre Diego de Torres en el lugar citado. El venerable Padre Martin de Aranda era noble y muy dendo del Padre Valdiuia, murio de edad de 51.053.años y de 20.de Compañia, era coadjutor eſpiritual formado. Antes de entrar en la religion fue muy buen ſoldado en la guerra de Chile y por ſus ſeruicios, y los de ſu Padre le empeçaron los Virreies ha hazer merced, y fue correjidor de Rio Bamba ſiendo bien mozo, en que moſtro valor, y prudencia, y maior en dexar el oficio, y pre tenfiones del mundo, y entrar en la Compañia en el collegio de Lima, y aunque pretendio ſer coadjutor, le mandaron perficionarſe en el latin, y oir caſos de conciencia, y por ſer buen lengua de eſte Reyno, le embiaron a eſte collegio losfuperiores, quince, o diez y ſeis años hu donde atrabajado incanfablemente con extraordinario feruor predicando, y confefſando a eſtos Yndios chriſtianos, y baptizando muchos infieles, ſin que jamas por canſado, que eſtauieſſe ſe ava eſcuſado de ſalir a confeffiones de enfermos, y fanos, a qualquiera hora del dia, y del noche. Era naturalmente increpido, y de raro valor de vn cirujano vn pedaço de quixada por enfermedad, nunca dio ſeñal de flaqueza, o impaciencia, ni dio mas mueſtra de ſentimiento, que ſi le quitaran los cauellos. Era naturalmente colerico, y haziafę tanta fuerça, y reprimiaſe de manera, que nos eſpantaua, y edificaua a todos etpecialmente tenia grandiſſima paciencia con los Indios, y ſufrimiento, aque le ayudaua el extraordinario amor, que les tenia, como ſi fueran ſus hijos. Diole N. S. vn odio, y aborrecimiento tan grande de ſi meſmo, que ſiempre feperſiguia, y hazia burla de ſi, y de fes coſas y lleuana con grande conſuelo que le dixefen ſus faltas, particularamente en el refectorio, porque dezia, que alli no ſe podia eſcuſar. Eſtaua tan deſpegado delos parientes, y amigos como ſi nunca los huuiera conocido; y no hauia remedio de tratar con ellos, ni rogar por alguno de ellos quando te nian neceſſidad. Era aborecedor de coſas curioſas, y delos ſibrillos, y coſas neceſſarias de que vſaua con licencia, hazia amenudo manifeſtacion alos ſuperiores, y con ſu licencia los ofrecia, en Publico No traia de camino ſino vna frezadilla vieja, y vn poco de fayal, y aunque ſiempre fue pobre, lo motro mucho en eſta partida ala miſſion no queriendo admittir algunas coſas de que tenia precifa neceſſidad: era aficionado a coſas eſpirituales, y en particular ala leccion de buenos libros. En eſte bendito padre, y ſu compañero el Padre Oracio notè ſiempre grande zelo dela honrra del Dios, y bien dela Compañia, y deuocion con la ſantiſſima Virgen nuettra Señora, y con nuestro ſanto Padre, de quien fueron tan verdaderos hijos, como ſe ha manif eſtado en ſus exemplares vidas, y glorioſas muertes. Amauanſe eſtos dos buenos Padres terniffimamente en Chri. to nueſtro Señor haziendoſe muy buena Compañia en la miſſion de Arauco. Yquando les llame aqui paraque deſcanſaſſen y reſpiraſsen, me hazia cada vno de ellos inſtancia paraque volaieſſe a embiar al otro, diziendo que ymportaua ſu afitencia en ella, y el bendito Padre Oracio, que fue el primero, que voluio ro
gam-