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DEL REYNO DE CHILE

CAPITVLO XVI.
Contiene la terribilidad de los Indios de guerra y la crueldad, con que matan alos principales, que cogen en ella.


L

A terribilidad de eſtos Indios de guerra, y la fiereza de ſus coſtumbres ſe podra conjeturar dela in humanidad, y crueldad, con que toman vengança vnos de otros quando ſe cautiuan en la guerra, lo qual, porque ſe podra entender mejor delas relaciones delos meſmos, que lo han viſto, pongo aqui dos capitulos de dos cartas, que hallo en las anuas de nueſtros padres miſſioneros, y la primera dize aſſi [En vna maloca cogieron los Eſpañoles vn Indio muy belicoſo, y Capitan de fama. Luego le pidieron los amigos para beberle la ſangre, y hazer con el ſus ceremonias, leuantando le en las picas, porque con eſſo dizen, ſe animan, y toman esfuerço contra los enemigos, juntaronſe mas de mil adar la muerte a eſte pobre. Procurò el Padre perſuadirles no cometieſſen aquel homicidio, y que le concedieſſen aquel gentil para inſtruyrle deſpacio en las coſas de Dios, y baptizarle. Deſpues de muchos ruegos ſe le concedieron, con condicion que fueſſe el padre ala junta, y ſe lo quitaſſe, quando ellos lo quiſieſſen leuantar en las picas. Rogò el Padre al Indio ſe baptizaſſe, queriendo primero, que oyeſſe las coſas de Dios; no huuo remedio. Con eſſo le puſieron en la junta; y hauiendole preguntado, y examinado delas coſas de ſu tierra, y delos valientes della, y hecho con el otras muchas ceremonias, leuantaron tan grande alarido, arraſtrando las picas, y mostrandoſe tan enojados, que el padre, entendio iua deueras. Con todo abrazando al Indio, le ſacò fuera dela junta y teniendo gran pauor, y eſpanto, cauſò mucha riſa alos Indios, diziendole. Padre claro es que te hauiamos de cumplir la palabra. En lugar del Indio leuantaron vn perro negro, proſiguiẽdo en el la crueldad que hauian de vſar con el Indio. Reſtituido eſte al Fuerte, murmuraron algunos del caſo teniendo por ſeñal de rebelion no hauer muerto los nueſtros tan famoſo Capitan enemigo. Eſte ruydo llego a oydos delos Indios, que hauian dado la vida al cautiuo; indignados del caſo, ſe fuerõ al Maeſtre de Campo del Reyno, y dandole ſus quexas, le dizen, les buelua aquel Indio de grado, porque ſino le quitaran por fuerça; por obuiar mayores daños, ſe huuo de condeſcender con ſu iſtancia. Al punto le ſacaron de nueuo entre ſeis principales Caciques, y arraſtrãdo todos las lanças, le lleuaron adar la muerte. Solicitaua el Padre ſu ſãluacion y aun que mas inſtaua, ſe le moſtraua duro. Con todo le declarò los principales miſterios de nueſtra Santa fee, y eſtando ya a viſta del lugar, donde hauia de morir, ſe boluio a vno de aquellos principales Caciques, y le dixo, ſi eran verdad, las coſas, q̃ aquel Padre le dezia? Apoyolas eſte mucho, y exortole con exemplos de otros principales aque reciuieſſe la fee: con eſſo quiſo que el Fadrele inſtruyeſſe deſpacio, y reciuida el agua del ſanto baptiſmo, y dando mueſtras de tenerle el Señor en el libro delas eſcogidos; le rodearon los Indios, y hinçandole las lanças, le ſuſpendieron en ellas, y ſaçandole el coraçon palpitando, paſaron ſus flechas por el; comiendoſele los principales abocados, y arrançando los hueſos, y cabeza del cuerpo, los repartieron entre los principales, para rebolber con ellos ſu chicha, comun beuida deſta gente, leuantando la cabeza en vna haſta ſin poder el Padre obuiar eſtas ceremonias, gentilicas.] Haſta aqui eſta carta. En otra, que hallo en la anua de treinta y ſeis, dize aſſi el Padre, Diego Roſales ſuperior dela Reſidencia de Arauco [He quedado con ſingular çonſuelo, por la conuerſion de vn Indio de mucha ſuerte llamado Huenchuguala, el qual confio en Dios, que acabado de baptizar ſe fue al cielo, aunque le mataron nueſtros Indios tan cruelmente, que para, que vueſtra Reuerencia vea quan terribles ſon, contarè las ceremonias, que tuuieron para matarle, como las vi por mis ojos. Hizieron mucho eſtrago en la tierra del enemigo, en eſta vltima entrada, que hizieron los ſoldados el eſte tercio, y los In-
dios