Página:Histórica relación del Reyno de Chile.djvu/462

Esta página ha sido corregida
373
DEL REYNO DE CHILE

cios; pero por ſu parte quitauan alos ſoldados las ocaſſiones de ofender a nueſtro Señor, y caſtigauan los pecados publicos, y eſcandaloſos, poniendo eficaz remedio atodos con zelo chriſtiano, y muy proprio delos que en ſemenjantes pueſtos de ben tener la princial conſideraciõ, y cuydado, en tener de ſu parte al Señor delas viſtorias, ſin cuya aſſiſtencia no es poſſible que ſe acierte en coſa ninguna.

Por eſta meſma cauſa aprobaron deſdelos principios de eſtas reſidencias las ſantas traças, y invenciones, que los nueſtros hallaron, para deſterrar del exercito y preſidios el invtil, y deſtable vicio de jurar, q̃ tanto ſe ſuele pegar ala gẽte de guerra. Entre otros medios, q̃ para eſto ſe aplicaron, fue vno el q̃ ſe refiere en la meſma anua por eſtas palabras [perſuadierõ alos ſoldados, q̃ en oyendo algun juramento, diga, el q̃ lo oye. Loado ſea Ieſu Chriſto, y luego todos dizẽ en alta voz. Loado ſea Ieſu Chriſto, Loado ſea Ieſu Chriſto, con q̃ al pobre que jurò, le dan tal bateria, que no paran, haſta que beſa el ſuelo en penitencia de hauer jurado; con lo qual queda bien eſcarmentado.] haſta aqui eſta anua, pero aun antes de ella refiere la del año de tres, otro eficaz remedio, que ſe aplicò a eſte meſmo fin, y fue vna ley, que guardauan inviolablemente, de que el que juraſſe, hizieſſe luego penitencia reprehendiendole publicamente. Lo qual (añade) q̃ fue de tanta importancia, que los que antes no reparauan en ofender los caſtos oidos delos ſacerdotes, y religioſos con juramentos, y otras palabras indecentes, tenian deſpues verguença, y recato de dezirlas entreſi. Tambien vimos en el libro paſſado lo que acerca de eſto miſmo ſe refiere en la anua de doce, diziendo que ſe hauia viſto tan grande reforma en eſto en todo el campo, que apenas ſe oìa vn juramento, porque al que juraua le mandauan, que en penitencia eſtuuieſſe vn quarto de poſta, aunque fueſſe oficial viuo; y en otra he leido, que ſe recogian los ſoldados todos los dias a vn lugar determinado, dõde antes de ſalir alas faciones dela guerra ſe armauan para la eſpiritual, que tenemos con los eneemigos inviſibles, y hazian en el oracion, ofreciendo cada vno a nueſtro Señor todos ſus penſamientos, palabras, y obras, paraque ſiendo endereçados por ſu mano, no torcieſſen del camino de ſu ſanta ley.

Todo eſto es loque deſde ſus principios ſe començò a entablar en aquella ſoldadeſca, en lo qual han tenido ſiempre gran parte los cabos delos preſidios, el Maeſſe de campo del Reyno en el eſtado de Arauco, y el Sargentomayor en el de Yumbel, y en el vno, y en el otro los Capitanes, y immediatos oficiales, porque ſi ellos no apoyaſſen estos ſantos arbitrios, harian muy poco nueſtros miſſioneros, por mas zelo, que tuuieſſen, y aſſi ſeles debe en grã parte, ſino es en todo, la reforma, que en aquel eſtado, y preſidios ſe ha experimentado, y experimenta en aquella tan valeroſa, y bien diſciplinada milicia, que las puede apoſtar cõ las que mas lucẽ, y ſe aventajan en otros exercitos.

Eſto es lo que podemos dezir en comun, y que toca a todos: que fuera de eſto ay muchos ſoldados, que frequentan amenudo los ſantos Sacramentos dela confeſſiõ, y comunion, tienen entabladas ſus congregaciones, y cofradias del ſantiſſimo Sacramento, y de nueſtra Señora con titulo de eſclauos ſuyos. Celebran con gran ſolemnidad los Iubileos delas comuniones generales, oficiando la miſſa los meſmos ſoldados con buena muſica en que ſon algunos muy dieſtros, y ſuelen celebrar ſus fieſtas tambien , que pudierã parecer en las ciudades, donde ay mas comodidad ordnariamente para adelantar el culto diuino. Suelen tambien añadir regocijos ſeglares con tan grande lucimiento, y luſtre de armas, galas, y cauallos, que no quedan inferiores alos que en las ciudades ſe ſuelen diſponer, para hazer mas celebres las fieſtas delos ſantos, lo qual, particularmente en aquella tierra nueua, es muy neceſſario, paraque los nueuos chriſtianos hagan mas concepto delas coſas de nueſtra catholica religon, viendolas celebrar, y feſtejar, no ſolo con ſolemnidades ecleſiaſticas, ſino con fieſtas exteriores, y regocijos ſeglares: baſta hauer apuntado eſto por aora, que delo mas particular del fruto, que ſe haze con los ſoldados, ſe tocarà algo ade-
lan-