Página:Histórica relación del Reyno de Chile.djvu/461

Esta página ha sido corregida
372
BREVE RELACION

de aſſiſtencia les da la fertilidad dela tierra, con la cria de ganados, y viñas, que plantan, de que hazen en eſte terruño regaladiſſimos vinos, particularmente blancos muy fragrantes, y de vn ſabor muy ſuaue, y por lo general ſon los mejores de eſte Reyno. Eſtas eſtancias van creciendo, y ſe van aumentando de manera, q̃ en algunas partes ay concurſos de Eſpañoles, y Señoras de mãto, como en las ciudades, y dẽtro de algunos años ſerà neceſario q̃ ſe formen para el buen gouierno.

Por manera q̃ la mies de eſtas miſſiones viene acomponerſe de Eſpañoles, vnos que reſiden en ſus eſtancias, con ſus caſas y familias; y eſtos ſon en gran numero, y otros, que ſon los ſoldados, y gente de guerra, que eſtan en los preſidios, y fortalezas, en que ſuſtenta ſu Mageſtad dos mil plaças. Componeſe aſſi meſmo de Indios, vnos, que ſon los que eſtan en los meſmos fuertes, y ſiruen alos Eſpañoles; otros, que ſon los ſoldados amigos, que ayudan al Real exercito. Entre eſtos, vnos ſon chriſtianos, y otros gentiles, y a todos acuden los nueſtros, haziendo en ellos el fruto, que tan manifeſto es en aquel Reyno. Algo queda dicho arriba, con ocaſion dela entrada del Padre Luis de Valdiuia con ſus compañeros en eſtas miſſiones, quando las entablaron, y pretendieron las paces entre los Eſpañoles, y Indios de guerra: Tambien ſe tocarà algo en el memorial, que ſe pondra al fin de eſte libro; y aqui diremos alguna coſa delo mucho, que ſe pudiera de tan glorioſo empleo. Y en quanto alos Eſpañoles, que viuen en las eſtancias, que hemos referido, no ay que dezir coſa en particular, por que ſiendo, como lo es, eſte empleo tan ſemejante al que tienen nueſtros miſſioneros en las demas eſtancias, que eſtan en las comarcas de las ciudades, de que hablamos en los capitulos paſſados; lo meſmo, que diximos de aquellas, ſe puede tener por dicho de eſtas; ſi biẽ el eſtar aquellas en tierras, que eſtan totalmente de paz, y eſtas en frontera de guerra, haze gran diferencia en quanto al peligro dela vida, porque en aquellas no le ay, ni ſombra de el, por ſer tierra tan pacifica, que puede andar vn hombre ſolo, ſin ningun temor de noche, y de dia, porque no ay q̃ temer comunmente, ni ſalteadores, ni ladrones; y en varias veces, que yo anduue eſtos caminos, jamas ſenti, ni vn rumor, ni coſa, que olieſſe a eſto, como aca en Europa. Pero en los caminos, y paſſaje de vna eſtancia a otra, de aquellas, que pertenecen a eſtas miſſiones, ha hauido ſiempre grandes peligros, porque, por eſtar a viſta del enemigo, ſe da frequentemente en emboſcadas de Indios de guerra, que entran a robar, y los nueſtros ſe han viſto muchiſſimas vezes en manifieſtos peligros de ſer muertos, y cautiuos, como de hecho ha paſſado con algunos Eſpañoles, y Indios amigos, que, por ſu deſgracia hã caido en ſus manos. Si bien, deſdeque ſe capitularon las paces, que hemos dicho del año de quarenta, habrà menos ocaſſion de eſtos temores, y rezelos, pues como lo eſcriben nueſtros padres miſſioneros, y queda referido en ſu lugar, aun en la tierra mas adentro ſe anda ya de vna parte a otra ſin eſcolta, por eſtar ya todo aquello, que eſtà de paz, tan ſeguro, que puede vn hombre ſolo diſcurrir de vn lugar a otro ſin peligro, pero en la tierra mas adentro no dexarà de hauerle por no a eſtar de paz.

El fruto, que ſe ha hecho con los ſoldados Eſpañoles ha ſido muy particular, y muy grande, deſde ſus principios; porque verdaderamente parece, que ha hechado Dios la benedicion en darles comunmente por cabezas, perſonas tan pias, q̃ no ſolamente han aplaudido todas las invenciones, y exercicios de piedad, que los nueſtros han intentado, ſino q̃ con ſu meſmo exemplo los han fomentado, ſiendo delos primeros en afiſtir alas congregaciones, y otras deuociones, que ſe han entablado del ſantiſſimo Sacramento, y de nueſtra Señora, y atendiendo alo principal (que es el primer fundamento delas deuociones, que es la reformacion delas coſtumbres, y quitar pecados del exercito) cuentan las anuas del año 19. que los maeſſes de campo, ſargentoſmayores, y Capitanes, no ſolamente fomentauan lo que los Padres pretendian, y deſſeauan aprobando, y aplaudiendo ſu ſanta doctrina, y el zelo, con que reprehendian los vi-
cios;