muchos meſes deſpues ſu cura auiſitarlos queriendo hazer experiencia de ſi ſe acordauan de lo que hauian aprendido, hallò, que nada ſe les hauia oluidado; antes reſpondian con mucha preſteza alas preguntas del cateciſmo; lo qual animò alos padres, aque con mayor cuydado, y diligencia atendieſſen adelante ala enſeñança delos que ſe moſtrauan tan habiles, y capaces delas coſas dela fee. admirauanſe los Indios de ver, q̃ los padres, no queriã receuir nada delo q̃ les ofreciã, ſino q̃ antes les dauan a ellos de ſu pobreza, con q̃ quedaron muy ganados, y muy aprouechados; viendo lo qual el cura de aquel Valle, y el grande fruto, que los padres hauian hecho en ſus feligreſes en tan poco tiempo, ſe animò a lleuarlo adelante por ſu parte, aprouechandoſe tanto dela comunicacion, y exemplo delos nueſtros, que le dio de alli adelante mayor, imitãdolos en el modo de enſeñar, y agaſajar alos Indios, para ganarlos para Dios, y inſtruirlos en las coſas de ſu ſaluacion, de manera que era de grande edificacion ver el modo, con que en eſto ſe portaua.
Demos fin a eſte capitulo con otra miſſion, que los padres hizieron alas lagunas, como ſe refiere en la meſma anua, por eſtas palabras [En otras anuas ſe ha eſcrito el buen natural, y capacidad delos Indios de eſtas lagunas, y ſu auitacion, q̃ es junto a ellas, o dentro de vnas Yslas. Su ſuſtento es rayzes, y peſcado, y como ſu occupacion no es mucha, facilmente ſe juntan, quando viene el Padre. En ſabiendo los Yndios, q̃ hauia llegado, corrio la voz, y todos le diſpuſieron para rezeuirle en la Ygleſia, que aun ſe eſtaua en pie deſde la primera vez, que ſeles hizo miſſion, y con ſer tiempo de mucho frio, y nieues; andaua el Padre en buſca de eſtos pobres, que le coſtaron a Chriſto nueſtro Señor ſu ſangre. Reconocieronſe todos, y haziendo examen delo que otros años les hauia enſeñado; hallò que con hauer año y medio, queſtuuo la primera vez, todos reſpondian muy bien, acordandoſe de todo, como ſi entonces acauaran de enſeñarlos, que es de harta marauilla en gente tan ynculta, que viuen entre arenales, y montes ſin genero de doctrina. Hallò el Padre aun Indio q̃ todas las noches hazia reçar las Oraciones a ſus hijos, y familia, aſiſtiendoles el, y aun corrigiendoles, como ſi fuera vn Chriſtiano muy antiguo. Para mas ganarles la voluntad, los regalò, como ſuele dandoles Imagenes, y otras coſas, que ellos ſe ponian luego al cuello.
Vn mes y mas ſe de tuuo el Padre en eſta miſſion, exercitando los miniſterios y Sacramentos dela confeſſion, y Baptiſmo con tan grande trabajo, y continuacion, que apenas le quedaua vn rato para deſcanſar, y tomar vn poco de ſueño, teniendo ſiempre cuidado de dexar vno en cada pueblo mas particularmente ynſtruido, para que fueſſe como maeſtro delos demas Los Indios quedaron tan contentos, y ganados del Padre, que a vozes le dezian, que voluieſſe preſto, por el mucho cõtento, q̃ recebian con ſu venida Haſta aquí eſte capitulo, en el qual, y en otros proſigue refiriendo los baptiſmos, confeſſiones, caſamientos, converſiones, y reforma de vidas, que hizieron en ellos, y otros pueblos de Indios. Lo qual dexo por evitar prolixidad, y porque delo dicho ſe podra facilmente entender todo lo demas, y porque al ſin de eſte libro en el memorial, en que ſe repreſenta la extrema neceſſiidad eſpiritual de eſtas miſſiones, ſe toca tambien eſta materia, y ſedize algo delo mucho, que ay, que hazer, y padecer en ellas.
CAPITVLO XIII.
Refierenſe otras de eſtas miſſiones y cuentanſe algunos caſos de edificacion.
E
N la anua de treinta ſe da quenta de otras dos miſſiones, que ſe hizieron del colegio de Satiago por eſtas palabras [De eſte collegjo han ſalido varias miſſiones depues dela vltima annua. De ellas ſe ha ſeguido mucha gloria del Señor, y bien delas almas deſamparadas por no hauer quiẽ las encamine al cielo. Dos hã ſido las principales miſſiones, vna al valle de Quillota, y otra ala ciudad, y diſtrito de Coquimbo, publicandoſe en ellas el Iubileo concedido para eſte in-