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BREVE RELACION

almas, retiradas del Commercio delas gentes, y por ello deſtituidas de todo ſocorro eſpiritual. Ala miſſiõ de Quillota hizieron viaje el año paſſado dos padres, y lo q̃ el vno q̃ es antiguo, y experimentado en coſas de Europa, y de nueſtra Compañia, me eſcribe es lo ſiguiente. En eſte tiempo, que hemos aſſiſtido en eſta miſſion, hemos corrido todos eſtos valles, que ſon muy poblados, donde hemos hallado gran numero de gente Eſpañola, de Yndios, y morenos, y en todos tan ſingular afecto ala Compañia, que puedo dezir con verdad, que muchas vezes admirado daua gracias a nueſtro Señor, pues en quanto he andado en Eſpaña, y en las Yndias, no he viſto tan grande Concepto y eſtima, como tienen delos dela Compaña, hablando dellos como de Apoſtoles, de hombies celeſtes, y diuinos, y en las obra ofreciendonos con grande afetco ſus haziendas, ſaliendo en perſona Caualleros muy principales, Maeſſes de Campo y otras perſonas, que ſe han retirado aſus eſtancias, a guiarnos en los caminos, paſſar, y vedearnos los Rios caudaloſos, no permitiendo hizieſſen eſte oficio ſolos ſus mayordomos, y Criados. Mucho de eſte Concepto, y eſtima ſe debe alos q̃ con mucha edificaciõ han entablado eſte buen nombre dela Compañia en todos eſtos valles: y no faltan trabajos, que ſe mezclan con tanto agaſajo, de Rios, queſtas penoſas, y trabajoſas, y continuo enfado de andar de vna en otra parte, cargãdo, y deſcargando, y durmiendo alas inclemencias del cielo. Caſi en todas las eſtancias ay capillas, e Ygleſias, y algunas adornadas con ſingular cuydado, donde, luego que llegamos, ſe junta la comarca, y ſe comiençan nueſtros miniſterios de confeſſiones, comuniones, y ſermones, aſiſtiendo los Eſpañoles a oir la doctrina, que ſe enſeña alos Yndios en ſu lengua y deſpues alos morenos.

De aqui nace el afecto notable, con que apretadamente inſtan, que no nos partemos del principal valle de Quillota por tener el remedio ala mano, para ſus almas, mas hauiendo la penuria de ſacerdotes, que en otras tengo ſignificado vueſtra Paternidad, es fuerça no condecẽder con ſus buenos deſſeos. Y pluguieſſe a Dios pudieſſemos tener quien de ordinario tuuieſſe eſte glorioſo empleo andando en miſſion perpetua por tanta poblacion de eſtancias, como ay en los valles de Quillota, y la Ligua, y otros muchos comarcanos bien neceſſitados el eſte ſocorro eſpiritual. Eſto eſcriben, y deſean los Padres que fueron a eſta miſſion, aquienes han acontecido algunas coſas de edificacion.

La primera es, que vn hombre virtuoſo muy familiar nueſtro, deuoto de oir, miſſas, y hazerlas dezir, juntando a eſto la puridad de cõciencia, y temor de Dios, por lo qual es muy perſeguido del demonio, y alas vezes le da tales contraſtes, que le deja temeroſo, y afligido, acudiendo por remedio al conſejo delos nueſtros. Vna entre otras eſtando ocupado en cumplir ſus deuociones, paſeandoſe por vn monte, ſe le aparecio el demonio en vn arbol, y le començo atentar de aquel lugar alto, como a Chriſto nueſtro bien deſde el pinaculo del templo, ofreciendole montes de oro, y ſu induſtria, y ayuda para ſalir de cierto trabajo, que le congoxaua, y que en el le ſeria fiel amigo; mas con carga que dieſſe de mano a aquellas deuociones en eſpecial la de oir miſas. Deſcubrio con eſto ſer el tentador comun, y aunque temeroſo le començò el virtuoſo varon a maldezir, valdonandole como a enemigo declarado dela religion chriſtiana. Con eſto ſele mueſtra el demonio con tan horrible aſpecto, que, como dixo a vno delos Padres, ſi la poderoſa mano de Dios no le cõfonrtara cõ eſpecial auxilio, diera en eſta ocaſiõ cõſigo muerto en tierra, tã eſpãtoſo aſpecto mueſtra el infernal moſtruo. En fin cõ el fauor diuino eſtuuo ſiẽpre en ſi, y ſu aduerſario le dixo arrimãdoſe al arbol. Agradece ala deuocion de tus miſas, y ala de aquel viejo mi enemigo, q̃ por ti ruefa cõtinuamente a Dios, q̃ ſi no fuera por eſta cauſa, aqui moſtrara yo en ti mi ſaña, mas no puedo, que me tienen atadas las manos, y diziendo eſto huyò de ſu prefencia como arredrado, y vencido: y preguntandole el Padre quien era eſte ſanto viejo, a quien tanto temia ſatanas; le reſpondio, q̃ ſeria S. Gregorio gran deuoto ſuyo.

Eſta