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BREVE RELACION

Otro ſe vino a confeſſar con vno delos nueſtros, que tambien acabaua de oyr vna deſtas platicas, en la qual le parecio, que con aduertencia el predicador enderezaua todas ſus raçones, y palabras a el, y aſſi ſe perſuadio, que por reuelacion hauia penetrado ſu alma, rebuelto en eſtos penſamientos ſe recogio confuſo aſu poſada, donde de repente le parecio, no ſolo imaginariamente, mas en hecho de verdad, que le ſubian a vn alto monte, de donde ſe deſcubria vna cima, o deſpeñadero horrendo, tan poblado de fuego extraordinario, como lo es el lugar miſerable, donde los condenados pagan la juſta pena de ſus delitos, porque era ſin falta el infierno; los miniſtros dela diuina juſticia intentauan arrojarle alli, y el esforçadamente reſiſtia, haſta que de hecho en lagrimas boluio en ſi, penoſo del deſuario de ſu vida paſſada, vino a nueſtro collegio proſtroſe alos pies de vn confeſſor, hiço relacion de ſus malogrados años en vna confeſſion general, dio quenta del caſo, y el confeſſor credito por los teſtiguos abonados de lagrimas, y ſolloſos, que lo ateſtiguauan, con que quedo contrito, y deſeoſo de corregir en adelante ſu vida paſſada.

Otro oyò vna noche diſcurrir a vn predicador ſobre la grauedad del pecado mortal, el eſtrago, y mal que cauſa en vn alma, y al punto ſintio, que la diuina juſticia le apretaua vn fuerte cordel ala garganta, y en realidad de verdad le parecia, que ſe ahogaua, haſta que animado algun tanto con grande cõfiança en el fauor dela eſclarecida Reyna del cielo Maria ſantiſſima, ſe vino a nueſtro collegio, y no con menores mueſtras de contricion que el paſſado, deſcubrio ſu pecho al confeſſor, con que quedò deſahogado reciuiendo el beneficio dela abſolucion.

Muchos años hauia, que a otra perſona traia arraſtrada vna miſerable ocaſſion; conque apecentaua ſus deſordenados apetitos, ſalio vna noche tan compungida, que no ſolo dio de mano ala que eſtragaua ſu anima, mas ſe admiraua mucho aque huuieſſe quien oyendo el predicador, no hizieſſe lo miſmo, ſatisfaciendo a nueſtro Señor con entera confeſſion, y penitẽcia como el lo hizo. Deſte modo ſe podrian poner otros muchos caſos, y conuerſiones, en que ha campeado la diuina miſericordia, y la particular prouidencia que el Señor ha tenido de entablar eſtas fructuoſas platicas.

Mas no es de callar en eſte lugar otro eſtraño acontecimiento, y ſingular conuerſion de vn hombre del todo rematado y que viuia ſin Dios. Eſte hauia treinta años, que no ſe confeſſaua a derechas, porque ſi alguna vez lo hazia, era ſacrilegamẽte, callando, y diſimulando ſus pecados comulgando en el miſmo estado, y acumulando maldades a maldades. En tiempo ſanto le mouio el cielo con vna eſtraña viſion a rendirſe de hecho con lagrimas alos pues de vno delos nueſtros. Vio vn dia ala Mageſtad de Chriſto nueſtro bien en traje, y aſpecto ſeueriſſimo, qual le, pinta Yſaias con vna eſpada de fuego en la mano, con que amenaçaua a eſte miſerable pecador; ſuſpendio el golpe, y el quedò temblando, ſin atreuerſe a menear: ni aun lo hizo, con tan temeroſa viſion, del atolladero, y miſerable eſtado en que perſeueraua. Mas aquel Señor, que con eſtos rigores le pretendia ſacar del, ſele moſtrò ſegunda vez cõ aſpecto mas ſeuero, y ſummamente ayrado, dandole en roſtro con ſu deteſtable vida, en que en buelto hauia perſeuerado tantos años. Faltauale a eſte pecador el entendimiento y raçon, pues con tan apretados trances no acabaua de rendirſe alas piadoſiſſimas entrañas de Chriſto; tercera vez ſele aparece, y deſſcargando ya el golpe con la temeroſa eſpada de ſu riguroſa juſticia, mediò el fauor, y amparo dela ſantiſſima Virgen, que alli tambien ſe aparecio intercediendo, por el pecador, y deſcubriẽdo ſus virginales pechos aſu benditiſſimo hijo, delos quales hauia guſtado el nectar de ſu leche por la qual le rogò perdonaſſe aquel hombre tan deſcaminado, ſaliendo por ſu fiadora; con eſto ſe aplacò el hijo benditiſſimo, compungioſe el pecador, ceſsò el caſtigo, y embaynò Chriſto la eſpada de ſu rigor, y el pecador atonito, y deſalado, corrio, y ſe arrojo alos pies del Padre, con tantos ſuſpiros, y lagrimas, que abonauan la verdad del caſo, y le diſponian para vna
ente-