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DEL REYNO DE CHILE

cedido. Referirè aqui algunos con las meſmas palabras, que los hallo eſcritos en algunas de nueſtras anuas deſde el año 1629. haſta 36. Que deſpues aca no ſe han embiado otras, y en las de antes, como no eſtaua diuidido Chile del Paraguay, ſe dize muy poco de aquel Reyno. De pues principios vna ſeñal, y efecto grande dela Diuina predeſtinacion de vna eſclaua, y ſuccedio en la ciudad de Santiago, el qual refieren las anuas citadas por eſtas palabras [lamaron a vn padre a confeſſar vna Eſpañola. y la perſona, que auiſo al Portero, no pudiendo eſperar, ſe fue, dexando dicho el nombre de la enferma. Fue eſta cauſa, que el Padre no topaſſe tan preſto la caſa. Buſcandola, le dizen en otra donde llegò a preguntar por la enferma, que no era aquella ſu caſa, pero que hauia ſido prouidencia Diuina a portar alli, por tener vna negra bozal enferma. Entra el padre, examinala, ſi es baptizada, y hallando con claridad no ſerlo, la baptiza, y parece, que ſolo eſto aguardaua ſu dicha, pues eſtando aun con buen ſemblante murio, moſtrando ſer del numero delos predeſtinados. Eſte miſmo Padre fue a confeſſar a vn indiecito, ladino de haſta doce años, no lo hauia hecho jamas, ni ſe hallaua modo como hazerlo, por eſtar la enfermedad muy adelante. Saliendole dela caſa, le inſpirò el Señor ſe eſperaſe vn poco; luego boluio el enfermo en ſi, e inſtruyendole bien, le confeſſo, y luego començò el muchacho a inuocar el dulce nombre de Ieſus, y llamando aſu amo, le dijo, no ves Señor, tan hermoſo niño, que me combida, vaya en ſu compañia? y diziendo eſtas, y otras razones, que ſignificauan, ſer el que le llamaua aquel Señor, que le redimio con ſu ſangre, le entregò el alma.

Vn ſoldado andaua embuelto en la comun miſeria dela carne, teniendo conſigo la ocaſion. Vn Hermano nueſtro, y deudo ſuyo le perſuadio, temieſſe el caſtigo diuino, y dieſſe de mano aquien le ocaſionaua; tomò el conſejo, y boluio la hoja de modo, que començo a ſeruir muy de veras al Señor, llorando amargamente ſu vida. En eſta ſaçon le apretò vna recia enfermedad, acogioſe al hoſpital, donde le viſitò vn Cauallero, que frequentaua nueſtra caſa, y tambien trataua de veras del ſeruicio diuino, exortandole con palabras a propoſito para aquel vltimo trance. Certificole el enfermo, que eſte no ſeria tan preſto, porque oy, dize, es jueues, y yo tengo ſeguro del Cielo, no morir haſta el ſabado, que es dia de la ſantiſſima Virgen. dudolo, y mucho el Cauallero, por tener ya muy debilitado el pulſo. con todo con curioſidad boluio el ſabado, y viendo que caſi eſpiraua, le puſo la candela bendita en la mano; como pudo le ſignificò el enfermo, que aun tenia tres horas de vida, y boluiendo puntualmente paſado el tiempo hallò que acabaua ya de eſpirar, cumpliendoſe lo que el enfermo hauia dicho, y dexando con eſto, y con ſu verdadera penitencia muy grandes prendas del perdon.

Dando va dia la ſeñal, paraque vinieſſen ala diſciplina, acompaño alos demas vn hombre, que con vna ocaſion embejecida tenia rematada ſu alma. Eſte quando oya tocar, ſe acordaua delo que en otras ocaſiones en aquella hora hauia oydo platicar, y mouido de Dios ſe esforço a eſcapar dela que al preſente tenia, y qual otro Iofeph, dejando la capa en manos dela mala hembra, reſiſtiendo ella ala volundad, que mostraua de acudir a oyr la diuina palabra; vencio la inſpiracion Santa, y llego a nueſtra caſa al tiempo q̃ el Predicador con actos de penitencia ſobre el Pſalmo del miſerere, mouia ſu auditorio con ſus palabras. Eſtas penetraron de manera el coraçon de nueitro Ioſeph, que començo a gritar, y pedir a vozes miſericordia, temiendo que antes de partirſe de alli, la hauian de impedir ſus pecados, y la tierra, o el cielo miniſtros dela Diuina juſticia la hauian de executar en el, en fin ſe le conceden treguas, y deſhecho en lagrimas antes de ſalir de nueſtra caſa ſe proſtra alos pies de vn confeſſor, y recibiendo el beneficio dela abſolucion, ſin en jugar las lagrimas, ſe va a caſa de la mala amiga, y con ellas mas, que con palabras la perſuade, y trae a ſeguir ſus paſſos, y leuantados entrambos de aquel atolladero, perſeueran en el ſeruicio de Dios.

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