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DEL REYNO DE CHILE.

amparandola fuera de los que le cautiuaron, y mataron en Chiloe los nueſtros, y tambien los Indios de guerra.

Finalmente hauiendo Nueſtro Señor tomado eſta cauſa por ſuya, ſin eſperar que llegaſſe el Eſpañol, como ya venia a caſtigar ſu atreuimiento, los començo a açotar por ſi meſmo, con hambre, con enfermedades, y muertes, de manera he hauiendo eſtado alli ſolos tres meſes, los obligo a alçar ancoras, y deſocupar el pueſto; y fue eſte el mexor acierto de ſu jornada, porque ſi eſperan vn poco mas a que llegaſſe la armada del Perù, y la gente de Chile, que havia de embeſtirles por tierra a deſaloxarlos; quiças no les fuera tan facil el eſcapar, porque el Virrey del Perù, que lo es al preſente el Marques de Mancera como tan gran Capitan, y ſoldado, y tan zeloſo del ſeruicio de Dios, y de ſu Rey, Luego que ſupo la nueua de ſu llegada al mar del Sur, diſpuſo diez nauios, que juntos todos deſpacho, en vn meſmo dia con poluora, y municiones a dar el auiſo, y dexar eſte ſocorro por todos los puertos de la coſta; y luego mando a preſtar vna armada, que me eſcriuen ſera de diez y ſeis galeones, y nauios con tres, o quatro mil Eſpañoles, y que ſu Excelencia queria ir en perſona, o por lo menos embiar a ſu hijo.

El Gouernador de Chile, que es el Marques de Baydes, con ſu acoſtumbrada vigilancia, y deſvelo en las coſas, que tocan al ſeruicio de Dios, y de ſu Rey, y como tan gran ſoldado, y Capitan, que ha ſido en Flandes, hauiendo armado las ciudades, y puertos, que eſtan a ſu cargo, ſe diſponia tambien a entrar por tierra con el Real Exercito, que ſuſtenta ſu Mageſtad en aquel Reyno, con que apretado el Olandes por mar, y por tierra, aun quando huuiera traido mas fuerça dela que truxo, le huuieran lançado del puerto ſin difficultad ſi ya no q̃ daſſe alli por todo.

Porque como es eſta cauſa de Dios, y en que todos los de aquel pais intereſſan tanto, vale cada vno por muchos para defenderle de qualquier enemigo, que pretenda entrar en el, como ſe ha viſto en eſta ocaſſion, en que deſpreciando los peligros ſe han arrojado a ellos en defenſa de la patria. Entre otros ſe ha ſeñalado eſta vez, como lo haze ſiempre en todo lo que toca al bien de la Religion, y ſeruicio de ſu Rey, el Maeſſe de Campo Alfonſo de Villanueva ſoberal que ſiendolo actualmente del Reyno, y cabo del eſtado de Arauco, ſe arrojo en medio del hiuierno al mar en vna pequeña embarcacion para ſolicitar el ſocorro del Perù en la ciudad de los Rayes, y aſſiſtir al Señor Virrey para ſu mas breue deſpacho.

Lleuo en ſu compañia Padre Domingo Lazaro dela Compañia de Ieſus, para que como teſtigo de viſta informaſſe de todo lo que hauia paſſado, porque ſe hallo en Chiloe, donde eſtaua empleado apoſtolicamente en las miſſiones al tiempo que llego alli el Olandes; y con valeroſo animo, y no imitable oſadia, ſe arrojo en vn barco, en vn mar tan tempeſtuoſo, como es aquel, particularmente por aquellos tiempos de hiuierno, y ſin rezelo de ſer preſo, y cautiuo del enemigo Olandes, que eſtaua en el camino, y havia de paſſar o por delante de el, o muy cerca, llego ala Concepcion, y dio el auiſo de lo ſuccedido, con que la tierra ſe preuino luego toda, y ſe puſo enarma para ſu defenſa.

No merece callarſe otra accion, que acredito no menos la prevencion, vigilancia, y militar prudencia del Marques de Baydes, que el esfuerço, y animo de veinte ſoldados Eſpañoles, que no pudiendoſe averiguar ſi el enemigo eſtaua todavia en Valdiuia, o hauia desãparado el puerto, ſe offrecieron a ir en vn barco como de hecho los embio el Gouernador, y ſin temor del manifieſto peligro, ſubieron el Rio arriba, y hauiendo llegado haſta mas adelante dela Ciudad de Valdiuia, y ſabido los malos ſucceſſos del Olandes, y q̃ le obligaron a deſamparar el pueſto por no perecer en el, voluieron a dar el auiſo.

Con el qual ſe dexo de hazer la entrada, que ſe pretendia, pero no el intento de poblar, como ſe havra ya hecho eſte verano paſſado, y aora he tenido auiſo de Panama, de q̃ eſtà ya poblado con preſidio de ſeiſcientos Eſpañoles, a que arrimandoſe los Indios amigos, que lo ſon ya todos los dela coſta, quedara a quel
pue-