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DEL REYNO DE CHILE.

exercito ala ciudad, que fue, y aora no es, ſino ruinas dela Imperial, es ſu ſitio vna eminencia, que cae en el eſtrecho, y punta que hazen dos famoſos Rios; el vno que tomò el nombre de la miſma ciudad, y es caudaloſo, y grande, y el otro, que llaman delas Damas, por ſu apacibilidad, y belleza, y corre margenado de viſtoſas arboledas de todo genero de frutas de Caſtilla, y oliuos, que ſe ſuben alos cielos: Cruzan y paſſean los Indios eſtos Rios en ſus canoas, en que tienen muy grande recreo y dela otra vanda ſe deſcubren en las caſerias muchas, y muy amenas huertas, y en particular vna muy grande y hermoſa que dizen fue del Obiſpo Don Aguſtin de Ciſneros, que murio dos años antes del leuantamiento de eſtas ciudades, amenazandoles por los pecados, que en tanto vicio, y regalo cometian, cõ el açote, y caſtigo, que tan aſu coſta aun lloran oy las inſenfſibles piedras de ſus cimientos. Aqui diſpuſo el piadoſo zelo del Marques, ſe buſcaſſen los hueſtos el eſte ſanto Paſtor, y principe dela Igleſia, y aueriguando con los antiguos, que ſe hauia enterrado en la Catedral al lado del Euangelio, mandò profundar la caua (que hauian començado a abrir en otro tiempo con el miſmo intento, aunque ſin fruto) ſe hallaron ſus hueſos en vna caxa conſumida ya del tiempo, las quales lleuò conſigo ala ciudad dela Concepcion, donde ſe depoſitaron en la Catedral, mandando hazer vnas ſumptuoſas exequias, que quiſo honrar el Principe, y Paſtor de aquel Obiſpado Don Diego Zambrana Villalobos con ſu Miſſa de Pontifical Prebendados, Canonigos, y toda ſu Clerecia.

Mientras ſe buſcauan eſtos ſantos hueſſos, ſe ordenò que ſe cantaſſe vna Miſſa con toda ſolemnidad en hazimiento de gracias por los buenos ſuceſſos deſta jornada, y para exemplo, y edificacion del Gentiliſmo, y conſuelo deſta arruinada, y caſi del todo deſtruida Chriſtiandad; y fue coſa admirable, que eſtando altercando ſobre el lugar, y ſitio, que ſe eligiria, y hauiendo reſuelto, que ſe dixeſſe en la ruinas que hauian quedado dela Igleſia Mayor corrio voz por dos vezes, que no, ſino en vna de aquellas huertas, que ſobreſalia l alli mas freſca, y apacible: y aſſi, aunque por dos vezes ſe comẽçò a aliñar vn Altar para dezirla en la dicha Igleſia, ala tercera parece que lleuados de vna fuerça ſecreta, ſe reſoluieron aque ſe dixeſſe en la dicha huerta, donde ſe compuſo el Altar y ſe leuantò en el vn Crucifixo, que lleuaua conſigo para ſu deuocion el General Don Diego Gonçalez Montero, y eſtuuo la marauilla en que acabada la miſſa ſe aueriguò que aquella huerta fue de vna Señora abuela dela muger deſte Cauallero la qual hauia lleuado conſigo de Eſpaña eſte ſanto Crucifixo, y muerto en ſus braços, que parece quiſo con eſto eſte Señor honrar aquel primer ſitio donde hauia ſido honrado, y adorado de ſus deuotos ſieruos. Aſſiſtio a eſta ſolemnidad el Marques, y toda la caualleria, y quedò la inſantaria en guarda del vagaje, celebroſe con mucha muſica, y aparato de caxas trompetas, y clarines, con notable admiracion delos Gentiles, y tanta deuocion delos cautiuos Eſpañoles (que en quarenta y dos años no hauian viſto ſemejante accion) que vno de ellos todo el tiempo que duro la Miſſa tuuo ſus ojos hechos dos fuentes de lagrimas, interneciendo y regalando con ellas los coraçones delos que le mirauan.

Con eſto (y hecha la cuenta, y computo delos Indios, que han dado la paz, por los ſoldados de lança, que tiene cada Cacique) ſon eſtos diez y nueue mil ocho cientos y cinquenta, y regulados vnos con otros a ſeis por cada familia, q̃ es lo menos, porque ay Indio, que tiene ocho, y diez mugeres, ſon por todos ciento y diez y nueue mil, y cien almas) dio buelta el exercito, y el Marques boluio mas gozoſo con el reſcate delos cautiuos Eſpañoles, y con la preſa, y deſpojos de ſu Chriſtiana piedad, y catolico zelo, que con los que pudiera hauerle ganado ſu grande valor, y alentado es fuerço, quando emprendiera a fuerça de hierro y ſangre la conquiſta el eſte Reyno: pero atendiendo al poco fruto y efeto, que han tenido para el intento belicoſos brios, y ſangriẽtas determinaciones, tienta el vado por otro rumbo, pretendiendo por el medio dela ſuauidad, caricias, y halagos, ſu pa-
cifi-