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DEL REYNO DE CHILE.

no de ſu juriſdicion, y a eſte modo alegaua cada qual las raçones, que dictaua ſu propia eſtimacion, las quales hauiendolas oido el Marques, les repreſentò las que hauia de conuenencia paraque no fueſſe otro el lugar para aſſentar las capitulaciones, que ſe deſſeauan, ſino el ya ſeñalado de Quillin, por ſer en medio delas fronteras, y ſitio neutral, y deſpoblado; y hauiendo ſatisfecho aſus raçones con otras, que les repreſentò, obligados delas corteſias, y honrras, con que ſe las propuſo, vinieron en lo que hauia diſpueſto, y aſſi ſe juntaron en eſte pueſto el dia delos Reyes, para aſſentar lo prometido por parte de todos.

Deuia de ſentir mucho el demonio, que ſalieſſe a luz eſte parto, y aſſi como pretendiò alborotar al enemigo con las falſas nueuas, que fueron ſembrando por ſus tierras los alborotadores, que diximos arriba; aſſi tambien pretendio alterar nueſtro exercito por medio de vn Indio, que hauiendo ſido lleuado a Lima, y vendido entre otros por eſclauo, ſe huyò deſde alli a ſus tierra, de donde inſtigado de Satanas ſe vino a nueſtro campo, y entrò a hablar al Marques, diziendole, que aunque ſe hauia huido delos Eſpañoles, pero que no les podia perder el amor que les tenia, y que aſſi le auiſaua, que las paçes, que los Indios le hauian ofrecido eran fingidas: procuro acreditar ſu dicho con algunas relaciones, que hizo, que no dieron poco cuidado: lleuaronle preſo haſta ver el deſengaño, y averiguar la verdad, como ſe vio eſte dia conſtando patẽtemente era mẽtira quanto hauia deſpueſto. Quando ſupieron los Caciques lo que hauia paſſado, llegaron al Marques, a pedir les entregaſſe eſte malhechor, y enemigo del bien comun por que lo querian leuantar en ſu lanças, (como ſuelen para hazer ſus exemplares caſtigos) pero ſu ſeñoria los ſoſſegò pidiendoles le perdonaſſen como lo hizieron por ſu reſpeto: Sin embargo, por que la preuencion, y vigilancia nunca fue ſobrada en la guerra, dio orden el Marques ſalieſſen todas las compañias de exercito a campaña, y que ſe formaſſe vn eſquadron dela infanteria, y que la caualleria, y Indios amigos tomaſſen ſus pueſtos, dexando en medio del exercito cogidas por todos lados las quadrillas delos indios enemigos, que venian a dar la paz. Donde fue mucho de ponderar, y admirar, el animo, y valor, que moſtraron en esta ocaſion eſtos valeroſos guerreros, pues hauiendo viſto marchar nueſtro campo con eſte orden, y tomar los pueſtos, y hallandoſe cercados de nueſtras armas, moſtraron tan eſtraña intrepidez, y bizaria, que no ſolo no dieron ſeñal de miedo, o flaqueza, o alteracion en ſus ſemblantes, eſtando todos deſarmados, ſin que ninguno hizieſſe el menor amago de retirarſe: pero todos ſe acercauan a porfia, con que acreditaron, no menos la verdad de ſu promeſſa, que la reputacion de ſus valeroſos animos.

Pero que no intentarà la malicia delos hombres, quando la codicia, y paſſion deſordenada no dà lugar ala raçon, ni al temor de Dios? Fue de admirar en eſta ocaſion las diferencias, de diſcurſos, y pareceres que dauan algunos de nueſtro campo leuantandoſe vn mormullo entre ellos, diziendo vnos. Eſtos Indios ſon gente ſin palabra, ni fee, ni dellos ſe puede eſperar permanencia en lo que prometen demos en ellos. Dezian otros: Delos enemigos los menos. Otros: Paſſe la palabra alos Indios amigos paraque les embiſtan, y otras coſas ſemejantes a eſtas, que no dieron poca pena, y cuidado al Marques quando las entredia, y le diera a qualquiera, que viendo rendidos a eſtos Indios, y ſin armas, fiados de nueſtra fee, y palabra, oyeſſe tan inconſiderados deſatinos: pero como Dios parece, que meneaua eſta accion, como fundamento de que depende la ſaluacion de tantas almas, no pudo el demonio, ni ſus miniſtros, preualecer contra eſtas pazes, que ſe celebraron en la forma ſiguiente.

Capitulanſe las pazes.

H

Auiendo lo primero preuenido a Dios eſte dia, ofreciendole los ſacrificios de todas las Miſſas, que ſe pudieron dezir por el buen ſucceſſo deſtas pazes, y hauiendoſe formado dos eſqua-
Libro VII
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