Página:Histórica relación del Reyno de Chile.djvu/346

Esta página ha sido corregida
303
DEL REYNO DE CHILE.
dal haſta juntarſe con el Rio de Tolten, que es muy grande, le calentaron, y hil zieron heruir ſus corrietes, cauſando los miſmos efectos, deſde que ſe juntaron los dos Rios haſta la mar: de fuerte, que por tiempo de quatro meſes, ni ſe pudieron beuer ſus aguas, ni prouar el peſcado, que muerto dio en ſus playas, y margenò ſus riberas; por el mal olor, y ſabor, que el açufre les daua; y lo que no menos eſpanta, con la abundancia de ceniça, y piedras que el bolcan arrojaua, rebalfaron eſtos Rios, y reboçaron ſus corrrientes tanto, que llegaron ſus aguas eſpefas como argamafa, a in andarles ſus campos, haſta entrarſeles por las puertas de ſus caſas, con tenerlas fitiadas en lomas, laderas, y ſitios eminentes. Pro ſiguio el fuego del bolcan con tal teſon, y violencia, que partio por medio el cerro, por donde abrio boca, quando rebentò, dexandole diuidido en dos pedaços el vno que cayà a la parte del Oriente, y el otro a la del Occidente, y la laguna dela Villarica creciò haſta derramarſe por los campos, mundando las tierras, y pueblos delos Indios, que huyendo dela furia con que ſe les entrauan por ſus caſas, no parauan haſta ganar las cumbres delos monzes, donde aun ſe hallauan mal ſeguros de tanto peligro. Ni aumentò poco ſu pabor y miedo la eſpanto la vita de va arbol, que vieron correr ſobre las aguas tan ceſgo, y derecho, que no lo eſtuuiera mas, afido de ſus raizes ala tierra que le prodaxo. Iva todo el ardiendo, y en ſu ſeguimiento vna beſtia fiera, llena de haſtas retorcidas la cabeça, dando eſpantoſos bramidos, y lamentables vozes; viſion, que dio motiuo ala contemplacion piadoſa, a interpretar por ella aquel moaſtruoſo animal, que vio ſan Iuan en ſu Apocalipfi, en quien reco Docen los Expofitores ſagrados ala Gentilidad, idolatria, y de honeſtidad, que tan arraigada eſtà entre eſtos Indios. Com que parece podemos eſperar en la diuina miſericordia,ſe ha llegado ya el tiempo, en que por medio de Predicadores Apoſtoli. cos, por quien clama va eſte Gentiliſmo, quiere que ſea deſterrada a deſpecho ſuyo eſta beſtia, que ha tenido tiranizada aſu Dios, ya ſu Rey eſta tierra, y dando vo Izes por verſe deſaloxada, y lançada de ſu antigua poſſeſſion, abriendo el abifio ſu boca, la trague, y conſuma deſpedaçada. entre los dientes de ſus furioſas olas, y encendidas cõrrientes. Eſtas ſon las ſeñales, que parece ha dado el cielo (y aſſi lo interpretan los ſudios, refiriendolas con tan gran pabor, temblor, y como cion de ſus animos, que mudan femblantes, alteran la voz, y tiemblan de admiracion, y eſpanto) de que quiẽre nueſtro Señor rindan ya ſu cuello alfuaue yugo de ſu Cruz, y ley Euangeli. ca, por medio dela obediencia, y fujecion a nueſtro Catolico Rey. Y como la diuina prouidencia diſpone aun los eſtedos ſobrenaturales de ſu gracia, no ſiempre con milagros, ſino valiendoſe de humanos medios, con que eficaz, y ſuauemente executa ſus intentos, guiandolos con fortaleza haſta ſus fines; quiſo elegir para los buenos fuceſſos, y pacificacion que ſe eſpera, al Marques de Baides, Conde de Pedrafo, poniendele en ſus manos el baſton de Capitan General, Prefidente, y Gouernador del Reyno de Chile, ſiruiendo ſe para eſte efecto, no menos de ſu chriſtiano pecho, y buen agrado, que del valor, que acreditan ſus calificados ferui, cios en Flandes, y donde quiera que ha ſido meneſter moſtrarle porque ſegun ha enſeñado la experiencia en aquel Reyno, el principal neruio de ſu conquiſta, y paci ficacion, eſtà pendiente dela chriſtiandad, juſticia diſtributiua, y buen zelo del que le gouierna. Salio, pues, el Marques a quatro de Enero de 1640. a la primera campeada que hizo, deſpues de hauer tomado la poſſeſſion el eſte gouierno, y hauiendo que mado, y talado con ſu exercito las viuiendas, comidas, y ſementeras del Caçique Antegueno, y de todos ſus vaffallos, y hauiendo paſſado por el Rio dela Imperial alas tierras del Toque (llaman aſſi al Capitan General) Lincopichon, para hazer lo miſmo, le embio ſus Embaxadores, y cras ellos ſus hijos; y lo que mas admirò, por la ſcueridad, y grauedad del fujeto, vis no en perſona, y con grandes cortefias, y ſu miſſiones pidio aſu Señoria, no paſſaſſe adelante con el eſtrago, que amenazaua
el