Página:Histórica relación del Reyno de Chile.djvu/327

Esta página ha sido corregida
288
BREVE RELACION

da por los pechos, y atraueſaron el cuerpo por la eſpalda con vna lança, al padre Martin de Aranda le hizieron pedaços la cabeza con vna porra de leño enclauada, de manera que le hizieron ſaltar los ceſſos, y tambien le alancearon, y al Hermano nouicio Diego de Montalban le atraueſaron el cuerpo con ſeis, o ocho lançadas; y de eſta manera conſtantes todos tres en ſu fee, ſin dexar de predicar la verdad de ſu doctrina, haſta la vltima boqueada, embiaron ſus eſpiritus al que los hauia criado para tanta gloria ſuya, alos catorce de Deziẽbre, alas nueue dela mañana, el año de mil ſeis cientos y doce. Hallo vna notable circumſtancia de eſta muerte en vna carta del Padre Luis Bertonio de nueſtra compañia, eſcrita del Perù al padre Franciſco Roſea dela meſma Compañia, ſu fecha de 24 de Hennero de 1615. en la qual hablando del padre Oracio Vechi; dize eſtas palabras [ya ſe habra ſabido por alla, como el padre Oracio Vechi, natural de Sena en Toſcana, murio martir en Chile, alo que ſe cree, porque hauiendo ido con dos compañeros a predicar el ſanto Evangelio a vnos gentiles, que al parecer eſtauan de paz, el principal de aquella nacion arremetio con ellos, y atandolos aſendos arboles, le arrancaron el coraçon y deſpues de arrancado, cuentan por verdad el ſucceſſo de vna coſa marauilloſa, y fue, que el Padre Oracio eſtuuo predicando vn quarto de hora, haſta dar el alma aſu criador] haſta aqui eſtas palabras dela carta, cerca delo qual, lo que yo he oido contar (aunque no lo veo eſcrito en la relacion, que he hallado aqui en Roma) es, que el padre Martin de Aranda hablò con los Indios deſpues de arrancado el coraçon; pudo ſer que hizieſſe nueſtro Señor a entrambos eſta gracia; en lo qual me remito alas informaciones, que ſe habran hecho, y haran de eſte ſucceſſo, y ala cenſura, que ſobre ellas darà la Ygleſia aſu tiempo: como tambien ſobre vna reuelacion q̃ vn grã ſieruo de Dios, dizen tuuo en Tucumã el meſmo dia de eſte ſucceſſo viẽdolos ſubir ala gloria a todos tres, con palmas en las manos, como ſe dirà mas por menor, quando llegemos a dezir algo de eſte ſugeto, remitiendome ſiempre como debo ala cenſura, y aprobacion dela ſanta Ygleſia. Lo q̃ yo tengo por ſin duda es que eſtos dichoſos padres aun deſpues de alanceados, proſiguieron confeſſando, y predicando, la fe catolica, que hauian entrado a enſeñar a aquellos Indios.

Dexaron los matadores los cuerpos deſnudos entre los demas delos Indios, que quedaron alli muertos, y con eſto ſe voluieron Anganamon, y los ſuyos aſu tierra, muy contentos, y alegres con mas de cien cautiuos, como quien iua triunfando de ſus enemigos. Lleuaronſe conſigo los ſagrados ornamentos, viſtiendoſelos por gala; y en todo aquel valle de Elicura no quedò perſona ninguna delos que hauian quedado con vida, que no huyeſſen alos montes, como ganado deſparramado, y perdido, quando han muerto aſu paſtor. En eſte tiempo hauia deſpachado el padre Luis de Valdiuia aun Indio chriſtiano llamado Don Iuan Cayumari, reſpondiendo alas cartas, en que los padres le pedian licencia par paſſar adelante, que no lo hizieſſen, haſta tener, nueuo auiſo. Quando eſte Indio llegò a Elicura, y vio tantos cuerpos muertos en aquel campo, luego ſoſpechò, que hauian muerto juntamente alos padres, y haziendo diligencia para enterarſe de la verdad, oyò vna voz, que le llamaua; llegoſe a donde ſalia, y hallò vn indio, que apenas podia hablar, aquien hauia dexado Anganamon por muerto, arrojado entre los demas; y Dios le hauia conſeruado la vida, paraque contaſſe lo que aqui queda referido, dela manera, que ſe lo contò el dicho Don Iuan Cayumari, el qual haziendo diligencia para hallar los dichoſos cuerpos, vino a dar con ellos, hallandolos cubiertos a ellos ſolos con muchas ramas de arboles, que haſta oy no ſe ſabe quien las cortò, y pusò ſobre ellos; lo que ſe ſabe es, que eſtando ya todos los demas cuerpos delos Indios muertos comidos de vnos pajarotes, que llamamos alla gallinaços, y taltales; no hauian tocado, ni dado vna picada alos de eſtos venturoſos operarios del Euangelio, como lo refirio el Indio Don Iuan; y lo vieron deſpues por ſus ojos el padre Luis de Valdiuia, y los demas padres, y
Eſpa-